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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Revisando viejos cuadernos, redescubrí algunas anotaciones de hace unos años, correspondientes a un profundo debate que sostuvimos sobre las paradojas de la sociedad en que vivíamos durante un congreso internacional de filosofía en España.
Los argumentos esbozados nos sorprendieron. Una de las conclusiones fue que vivimos en medio de “paradojas” difíciles de manejar pero evidentes y que, por supuesto, conducen a un cambio. A continuación, una síntesis de las 6 paradojas a las cuales arribamos en dicho encuentro:
■ 1.- El mundo se globaliza y, al mismo tiempo, se nacionaliza
Hay un movimiento contradictorio de fusión y de fisión. La economía se mundializa, los corazones se nacionalizan, y las cabezas no saben qué hacer.
■ 2.- Aumenta la producción de bienes, pero disminuye el trabajo
El empleo se ha constituido en el principal tema económico, social y cultural del momento.
■ 3.- Vivimos en una sociedad tecnológica, pero desconfiamos de la tecnología.
Creemos que la técnica tiene vida propia, y que su dinámica es más poderosa que nuestra voluntad.
■ 4.- Confiamos parte de nuestra libertad a los políticos, pero desconfiamos de ellos.
Vivimos en una democracia representativa en la que no nos consideramos representados. El resultado es una peligrosa desconexión entre las vidas privadas y la vida pública.
■ 5.- No sabemos si estamos progresando o retrocediendo
Por aquellos días una portada de Newsweek decía en su tapa: “¿Por qué si lo estamos haciendo tan bien nos sentimos tan mal?”
■ 6.- Creemos que el conocimiento es importante, pero son los sentimientos los que nos hacen felices o desgraciados.
Lo que más me sorprende es que muchos años después tenga que estar discurriendo sobre esto. Estas paradojas producen perplejidad. Por eso una vez más pienso que tenemos que saber lidiar con la complejidad, y que las contradicciones que los mismos seres humanos creamos hay que se resolverlas por elevación, como se sale de un laberinto.