Las encuestas ya están anticipando que Sergio Massa ganará por encima del 11% las elecciones del 27-O. La gran duda política se centra ahora en saber qué hará Cristina Kirchner para mantener su poder en los dos años que le restan de mandato.
¿Qué hará la Presidenta?
El principal interrogante es ella misma. En la entrevista que le realizó el domingo último Jorge Rial, reconoció que «estuvo a punto de renunciar» tras su derrota en el conflicto con el campo. ¿Qué hará ahora? ¿Soportará gobernar dos años más con el poder recortado? En muy pocas veces el kirchnerismo afrontó esa situación.
Está claro que deberá negociar con el peronismo para que sostenga su autoridad. El Consejo Nacional del PJ se reunió anoche para ratificarle su apoyo, aunque no todos los gobernadores están dispuestos a firmarle un cheque en blanco.
De la Sota, que aspira a realizar una buena elección el 27-O, pretende que Córdoba reciba de la Nación al menos los fondos para la Caja de Jubilaciones y las autovías. Anoche, en el programa Desde el llano tuvo duras críticas hacia Cristina Kirchner: «Este es un gobierno chavista, no peronista», dijo.
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● Clase media. Inició una política de seducción que incluyó la suba del mínimo no imponible de Ganancias y del monotributo, y la adopción de una «línea dura» en el tema de la inseguridad. En todos los casos significa un cambio de discurso en relación a lo que se decía hasta el 11 de agosto último.
● Empleo. Es la variable más sensible, y no fácil de corregir. Los 2.000 operarios con problemas laborales en Córdoba muestran el estancamiento en la industria, apenas disimulado por el sector automotor. El malestar puede ir en aumento con la pérdida de puestos de trabajo en otras actividades.
● Cambio de nombres. Tras las elecciones, se iría Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio Interior y Diego Bossio reemplazaría a Ricardo Lorenzino, el ministro del famoso «me quiero ir«, según versiones que circulan con insistencia.