Por Claudio Fantini. La pregunta quedó flotando en la Argentina y el mundo. ¿Eliminó Israel a los autores de la masacre de la AMIA, como dijo Itzhak Avirán? ¿O es una fantasía del ex embajador en Buenos Aires, como aseguró el gobierno israelí?
En el mundo de la diplomacia, hasta se puede interpretar como un mensaje destinado exclusivamente a la comunidad judía. De ser así, Avirán no habría cometido un error gravísimo ni estaría delirando, sino que fue parte de una manera de emitir el mensaje que necesita de la desmentida oficial, de cara al resto del mundo.
Aun así, no se puede descartar que la verdad esté en la desmentida del gobierno israelí. La prueba de que Avirán mintió o fantaseó sería que están con vida los supuestos autores intelectuales de aquel monstruoso ataque sufrido por la Argentina. Por caso Mohsén Rezai, que hasta fue candidato a presidente en la última elección. También el ex canciller Alí Akbar Velayati y el ex presidente Alí Akbar Hashemí Rafsanjani.
Tampoco se puede descartar que los eliminados, si es que los hubo, hayan sido los ejecutores y los organizadores directos de la masacre.
Lo más parecido
El Mossad tiene antecedentes en operaciones exteriores concretadas con niveles de excelencia. Argentina fue escenario de una de ellas: el secuestro del criminal nazi Adolf Eichman en 1960.
La Operación Trueno, por la cual comandos israelíes aterrizaron en Entebe, el aeropuerto de la capital ugandesa de Kampala, y liberaron a más de dos centenares de pasajeros judíos de un vuelo de Air France, que había sido desviado al país africano que gobernaba Idi Amín por terroristas palestinos. El comandante de esa operación, que encandiló al mundo en 1976, fue Jhonnatan Netanyahu, hermano del actual primer ministro israelí.
Quizá sean decenas o cientos las operaciones perpetradas por comandos nokmin (vengadores) del Mossad en distintos puntos del Oriente Medio.
Lo más parecido a lo que dice Avirán que ocurrió con los autores de la masacre en AMIA, fue la Operación Cólera de Dios, ordenada por la primer ministra Golda Meir para vengar a los atletas israelíes masacrados en la Olimpíadas de Münich por la agrupación terrorista Setiembre Negro.
Estos antecedentes impiden descartar que Itzhak Avirán haya alucinado. Pero es imposible también darlo por cierto.■