Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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El gobierno de Cristina Kirchner juega su mejor partido en el terreno político, pero la desconfianza en la marcha de la economía sigue.
El dólar blue cerró ayer con otro récord a $ 14,70, en tanto el contado con liqui (para sacar divisas del país) terminó en $ 13,68. La brecha entre el paralelo y el oficial ($ 8,42) es de 74,5%, casi similar cuando se produjo la devaluación de enero.
El kirchnerismo no pierde el centro de la escena política. El sábado apareció Máximo Kirchner, el Congreso le responde como una “escribanía” a la Presidenta –ayer en trámite express, Diputados sacó despacho para sancionar hoy los cambios a la Ley de Abastecimiento-, en tanto Cristina Kirchner se verá el sábado con el papa Francisco. La semana próxima hablará en la ONU para volver a condenar a los fondos buitre.
Lo que gana en política, lo pierde en el terreno económico. La desconfianza manda en la conducta de las familias (cayó el consumo) y las empresas logran importar o girar divisas mediante la compra con pesos de bonos dolarizados en la Bolsa, que luego liquidan en el exterior a cambio de dólares.
Se frenó el ingreso de divisas por la caída en el precio de la soja, el superávit comercial se redujo 19% y es escasa la inversión extranjera directa.
La brecha entre el dólar oficial y el paralelo ya es de 74,6%; muy similar a la existente el 23 de enero cuando se produjo la mayor devaluación desde 2002. Ayer, se conoció que dos empresas –IMPSA y Clisa– enfrentan problemas para cumplir sus pagos en dólares en el exterior.
El economista Ramiro Sosa Navarro, de la Bolsa de Comercio de Córdoba, estimó ayer ante empresarios que la economía caerá este año al menos 1,5%, pero hoy -advirtió- “no hay piso” para esa baja.