Por Claudio Fantini (Periodista, politólogo y docente de la UES 21). La derrota de Hugo Chávez habría debilitado fuertemente el liderazgo kirchnerista en la Argentina. Sin embargo, paradójicamente, el impacto positivo que tiene para Cristina Kirchner el contundente triunfo…
… del exuberante líder caribeño no es proporcional a la erosión que le habría provocado la derrota.
La explicación está en las diferentes naturalezas del liderazgos que encarnan ambos presidentes. En el caso de Hugo Chávez, hay una impresionante identificación social, cultural y hasta racial de las mayorías populares con el líder, en quien ven un defensor fuerte y duro, salido de esos mismos sectores populares. “Nuestro jefe y protector es uno de los nuestros”, es la idea que resume esa identificación de clase.
Y ese no es el caso de Cristina Kirchner. Los sectores populares pueden votarla mayoritariamente, pero no existe una identificación social y cultural entre ella y las grandes mayorías. Esa es una de las razones por las que el beneficio que implica el triunfo de Chávez para el kirchnerismo, no es proporcional a la erosión que le habría causado una derrota del gran caudillo venezolano.
Y a ese beneficio menguado, lo atenúa aún más lo ocurrido con Jorge Lanata. Que los servicios chavistas de inteligencia hayan retenido e interrogado a Lanata, acusándolo de espionaje y destruyendo a renglón seguido todo el material periodístico que había recabado, no fue precisamente un favor del gobierno venezolano a Cristina, sino al contrario, un cubo de hielo aguando el beneficio político de la elección para el Gobierno argentino.