Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. “Hay expectativas favorables, pero se vienen seis meses complicados”. La frase de José Simonella, titular del CPCE Córdoba, tomó por sorpresa a quienes lo rodeaban en una de las tantas reuniones sociales que se suceden estos días, señala el comienzo de mi nota en La Voz del Interior.
Simonella recordó que ese diagnóstico lo había formulado hace exactamente un mes, en base a los múltiples desafíos que afrontará el equipo que desde el próximo jueves acompañará a Mauricio Macri. Repasemos.
Sus interlocutores habían destacado las expectativas que existen, en base a sendas manifestaciones favorables de la Bolsa de Comercio de Córdoba, la Cámara de Comercio Exterior (Cacec) y de los sectores rurales.
Las voces más críticas provienen del campo gremial. Son dirigentes que representan, por lo general, a trabajadores del sector público: estatales, de la salud y municipales, entre otros. Temen que la inevitable devaluación termine licuando la mejora del salario real lograda este año. Un botón de muestra: ATE pide un bono navideño de 5.000 pesos, pero desde el Gobierno de Córdoba recuerdan que la suba promedio rondó el 32% frente a una inflación proyectada de 25%.
El desafío del equipo económico de Macri es acomodar el resto de las variables a partir de la eliminación del cepo, con lo cual el dólar oficial pegará un salto inevitable (9,75 pesos el viernes). ¿A cuánto? No hay una respuesta certera a la pregunta del millón.
Todos los sectores esperan un cambio favorable, pero las primeras medidas pueden golpear a asalariados y jubilados
¿Qué pasará con los precios? La Argentina tiene en la región el mayor traslado a precios de una devaluación: 0,7 por cada punto de pérdida del peso frente al dólar. Una devaluación del 30% implicaría un traslado de 21%; si es del 40, 28%. Esta es la cifra que pidió Hugo Moyano para los sueldos de 2016.
“Las empresas ya actualizaron sus precios”, replican quienes creen que el salto del dólar no se copiará en alimentos y bebidas. Ya sea por suba de costos (por caso, los de logística por el aumento de las naftas), “por las dudas” o por “avivadas”, los precios se movieron entre 5 y 20% en las dos últimas semanas, admite el responsable de una de las cadenas de comercialización líder del país.
¿Qué pasará con los salarios? El designado ministro de Trabajo, Jorge Triaca, anticipó que el aguinaldo no será alcanzado por el Impuesto a las Ganancias. Es un beneficio para la franja que supera los 25 mil pesos mensuales. Pocos. Triaca defiende un acuerdo social. ¿Congelarán los precios y habrá un bono extra de fin de año?
El director comercial de una cadena de supermercados anticipó que mantendrá los precios congelados durante diciembre de los artículos stockeados meses atrás. Las nuevas listas incluyen subas de 5, 10 y 15%, reconoció. ¿Qué sucederá a la hora de reponer la mercadería?
El kirchnerismo culpa a Macri por haber reconocido implícitamente la necesidad de una devaluación. Se olvida que el atraso cambiario paralizó el comercio exterior (no ingresan divisas), que las economías regionales están al borde del quebranto y que un déficit fiscal de casi 400 mil millones este año –el peor en las últimas cuatro décadas- agrega nafta a la carrera de precios y salarios.
El timing (sincronización) del nuevo esquema y una buena comunicación son tan importantes como discutir dónde Cristina Kirchner entregará el bastón de mando.