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El paro del sindicalismo opositor -nucleado en la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli-, apoyado por organizaciones sociales, fue contundente, pero el Gobierno nacional no hará cambios ni atenderá los reclamos centrales de la huelga. Incluso, Cristina Kirchner tuvo una dura respuesta al gremialismo.
El apoyo superó «las expectativas» de los propios organizadores, según confesó Moyano (en Twitter: @MoyanoHugoreal) y se sintió con fuerza en la Capital Federal (foto de la 9 de Julio), el conurbano bonaerense y las principales ciudades del país. Sin embargo, parte de la adhesión surgió a través de piquetes y bloqueos a los accesos a los grandes centros urbanos. Hubo más de 300 cortes en todo el país. También se registraron incidentes y hechos violentos en Córdoba y en la capital argentina.
Los reclamos más importantes fueron por una suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, la generalización y el aumento de las asignaciones familiares y un pago extra por los efectos de la inflación.
La respuesta que esperaba el gremialismo se produjo en el mismo momento en que los dirigentes ofrecían una evaluación de la medida de fuerza. Cristina Kirchner (@CFKArgentina) decía en Twitter: «Sinceramente les digo que respeto la opinión de todos, pero mientras me toque la responsabilidad de gestionar el Estado como Presidenta electa democráticamente por el 54%, yo creo que el modelo y lo que estamos haciendo es lo más adecuado a los intereses de la Argentina«.
En pocas palabras, se amparó en la elección de un año atrás y rechazó cualquier posibilidad de cambio o de atender los reclamos sindicales. Una respuesta similar ya había insinuado ante las multitudinarias manifestaciones del 8N, más allá de las ironías del congreso del Partido Comunista chino.
Luego, en un acto en San Pedro, por el Día de la Soberanía Nacional, atacó con dureza al sindicalismo. Dijo: «No hablemos de piquetes, sino de aprietes y amenazas», y afirmó que «la voluntad de los trabajadores no ser dominada por nadie».
Pero hubo también consecuencias políticas, ver aparte quién ganó y quién perdió con la protesta gremial.