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Para Mary Acosta, titular del Instituto de Economía del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, las primeras medidas no constituyen en sí mismo un “sinceramiento”, sino un “cambio en la política económica”, en la que pierde el consumo interno. Otras autoridades del CPCE señalaron que se intenta privilegiar otro perfil productivo.
Los datos surgieron de la presentación del último informe de 2015 del CPCE, en la que Acosta advirtió: “Sin complementos a lo realizado hasta ahora, los perdedores son los asalariados, lo que implicará menos consumo y caída de la actividad”. Además, advirtió que esto se produce en medio de un cambio en las condiciones externas, a partir de la caída del mercado brasileño para los productos argentinos, por caso.
El economista José Simonella, titular del CPCE de Córdoba, recordó que desde hace tiempo se discute en la Argentina un modelo económico. En lo personal, se pronunció por aprovechar “las ventajas comparativas” que ofrece principalmente la agroindustria, sobre otras actividades.
Acosta recordó que, hasta ahora, los rasgos de las medidas adoptadas por la conducción de Alfonso Prat Gay, en Economía, y Federico Sturzenegger, en el Banco Central, mostraron como efectos: suba de precios (incluso en los días previos a la devaluación), pérdida de poder adquisitivo, encarecimiento del crédito, primarización de la economía y mayor volatilidad financiera.
Para Víctor Peralta, la política del kirchnerismo apuntó a alentar el consumo interno, con una fuerte emisión para sostener el déficit fiscal y un «ancla del tiempo de cambio» para moderar la inflación. «El paso de la devaluación a precios (pass through, en la jerga económica) ya se produjo y difícilmente vuelva atrás», dijo. “Lo único que baja precios es una crisis; la economía descontó un dólar a $14”, completó Simonella.
En 2015, el peso acumuló una devaluación respecto del dólar de 56%, por delante del real, que cayó algo más de 50%.
Para seguir la cotización del dólar, aconsejó observar si el Banco Central compra o vende. En las últimas jornadas compró, lo que indica que pretende que no caiga debajo de los $13 para evitar que la liquidación de exportaciones se frene. “No creo que la tasa de interés baje”, agregó, en función de las señales dadas por Prat Gay de defender el valor de la moneda frente al dólar.
Para Simonella, la gestión de Macri no cuenta con los famosos cien días de luna de miel para actuar sobre el déficit fiscal. “Tienen que empezar a actuar para reducir el rojo, ya que no podrá financiarse siete puntos del PBI con endeudamiento externo».
El trabajo repasó la eliminación de las retenciones a los granos, a las economías regionales y a los productos industriales y la rebaja de cinco puntos a las de la soja. El costo fiscal –sin incluir la industria- fue estimado en $27.600 millones, aunque por la mejora del tipo de cambio se reduce a $17.900 millones.