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Por Gastón Utrera (Economista y titular de la consultora Economic Trends SA). Con más celeridad de lo esperado, la Cámara de Apelaciones de Nueva York dejó ayer en suspenso el duro fallo del juez Thomas Griesa (foto), que exigía al Gobierno un depósito en garantía por el 100% del capital adeudado, más los intereses devengados, a los acreedores en litigio con la Argentina.
Junto con esa decisión, la Cámara de Nueva York fijó un cronograma que culmina el 27 de febrero de 2013 con los alegatos orales de las partes.
La historia no termina acá, ya que resta la resolución de fondo, vinculada con el monto y las condiciones con las que la Argentina deberá pagar a los acreedores con bonos aún en default.
Si la resolución final fuera de que la Argentina pague el 100% del capital, podría producirse un “efecto dominó” de nuevos litigios, enrareciéndose la situación financiera del país; si fuera que pague en las condiciones de los canjes de 2005 y 2010, quedaría atrás el capítulo del default (restaría regularizar con el Club de París).
¿Para qué sirvió la reacción de Griesa, molesto con las señales de rebeldía de las autoridades argentinas?
Para que el Gobierno nacional pase de anunciar que no pagará ni un centavo a los fondos buitre a plantear que está dispuesto a reabrir el canje de deuda. Opción que no será aceptada por los fondos que están litigando, pero que podría ser impuesta por la Justicia norteamericana.
Alternativa que casi se escapa por una torpe gestión del Gobierno nacional, pero que todavía es factible.