Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. El Gobierno y el sindicalismo más poderoso han acordado una tregua, cuya duración está sujeta a vaivenes políticos y con un impacto incierto sobre la marcha de la economía, señala mi nota en La Voz del Interior. Qué puede suceder.
El pedido del papa Francisco en favor del diálogo social ha tenido más fuerza que la falta de fe de un sector del Gobierno en esa herramienta y sobre los gremios más críticos.
No son los sindicatos de Camioneros y de los trabajadores estatales los que peor han soportado el estancamiento económico y la falta de creación de empleo de los últimos cuatro años. Un sector de la CTA
–liderado por Hugo Yasky– parece haber descubierto la desocupación y la pobreza recién en los últimos 10 meses.
Los que sí preocupa al gremialismo en su conjunto es el crecimiento de los movimientos sociales y de las agrupaciones de izquierda, que preparan una demostración de fuerza el 19 de noviembre próximo en Atlanta.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y un sector del macrismo no cree en los acuerdos sociales, en el que sí están enrolados Mario Quintana, uno de los dos vicejefe de gabinete que lideró el diálogo, y Alfonso Prat Gay, de buenos vínculos con los grupos católicos.
La tregua está sujeta a las concesiones que el gobierno de Mauricio Macri ofrezca a partir del próximo miércoles, en especial en el ámbito privado. “No todos los sectores están en condiciones de otorgar un bono de fin de año”, ya advirtieron los empresarios, cuyo compromiso con el plan oficial oscila. Acompañan las medidas pro-mercado, pero la billetera de las inversiones todavía no la abrieron.
No todos están en condiciones de pagar el abono sin ayuda nacional. Un centenar de municipios cordobeses, liderados por Mestre, reclamaron más fondos federales.
El paréntesis con la CGT apenas fue un bálsamo ante una inflación indomable, que fue de 1,1% en septiembre, según el Indec. La no aplicación de la suba del gas redujo en 60 centésimas el índice, que hubiera alcanzado a 1,7%. Muy similar al de Córdoba, que midió 1,8. El Indec destacó que la “inflación núcleo” fue de sólo 1%, aunque alimentos y bebidas trepó 2,3. Para este mes, las consultoras proyectan 2,3%, por la nueva boleta del gas natural. Para el cierre del año, los estudios privados prevén una inflación de 37%.
Los gremios estatales en Córdoba pretenden que el Gobierno les cierre el acuerdo paritario al menos en esa cifra. Los docentes recibieron 25 puntos de la Provincia y ocho puntos adicionales por el aporte nacional. UEPC planteó la necesidad de un bono de entre 4.500 pesos, que otorgó San Juan, o hasta 8.500 pesos, que dará La Pampa. “Los acuerdos salariales de las tres provincias fueron similares”, afirma Oscar Ruibal, quien evalúa los números en el gremio.
La CGT Córdoba ratificó la jornada de protesta del próximo miércoles. Escuchá las declaraciones de José Pihen al programa Juan al Medio, de Radio Continental Córdoba.
“No vamos abrir la paritaria porque sería generar un pésimo antecedente”, confió un colaborador muy cercano al gobernador Schiaretti. “Veremos lo del bono, en función de lo que otorgue la Nación. ¿Si nos preocupan los paros? Sí, pero más les debe preocupar a los trabajadores que tuvieron descuentos por 33 millones de pesos en septiembre”, respondió.
Provincias como Santa Fe y Mendoza ya le advirtieron al Gobierno nacional que no están en condiciones de solventar esa bonificación si no hay más fondos federales. Lo mismo hizo el intendente de Córdoba, Ramón Mestre. Un centenar de municipios habrían trasladado un discurso similar a las oficinas del Centro Cívico, en el marco de la pelea irresuelta por la coparticipación nacional pagada entre enero y agosto último.
Los fondos ayudarían al consumo, que dejaría de caer en el cierre de 2016. Aún faltan más de dos meses para la tregua de fin de año.