Con la llegada de la Fragata Libertad el próximo miércoles al puerto de Mar del Plata, Cristina Kirchner busca recuperar protagonismo político luego de un mes de duros golpes judiciales (Clarín y Rural) y políticos (asado en la ex ESMA). La convocatoria alude a «Cristina capitana» (foto del afiche), para fortalecer el llamado a simpatizantes.
La Presidenta (en Twitter: @CFKArgentina) será la principal protagonista de una fiesta que intenta revertir el mal manejo de la crisis judicial con Ghana y la acción de los fondos de inversión que lograron el embargo del buque insignia de la Armada y un fallo a favor del juez Thomas Griesa.
La ofensiva comenzó el sábado último a través de 22 tweets que publicó Cristina Kirchner en poco más de media hora, en los cuales atacó con dureza a la Justicia y la acusó de pretender ser un superpoder. Tanto la Corte Suprema de Justicia como la Cámara Federal de Apelaciones vienen fallando en contra de las pretensiones oficiales desde hace un mes, cuando el Gobierno arremetió contra el Grupo Clarín en pos del fallido «7D».
Ayer se peleó con el actor Ricardo Darín, quien dijo que le gustaría que le explicaran el enriquecimiento patrimonial de los Kirchner.
Este tipo de respuestas favorece la estrategia de Cristina Kirchner al presentarse como una defensora de la soberanía, nombre con el cual se busca rebautizar a la Fragata. Libertad fue impuesto por la Revolución Libertadora en 1955. La Marina no participó en la preparación de los actos de regreso del buque escuela.
Luego del gran acto de Mar del Plata, la Presidenta tiene previsto iniciar el sábado próximo una visita oficial a Emiratos Árabes e Indonesia, previa escala en Cuba para interiorizarse sobre la salud de Hugo Chávez. Para la gira, contrató un avión británico en un millón de dólares para evitar posibles embargos sobre el Tango 01.