La presidenta Cristina Kirchner anunció anoche una suba del 20% en el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, pero los gremios anticipan que pedirán un incremento mayor en paritarias, por lo cual no se reducirá el número de contribuyentes.
La medida regirá desde el 1° de marzo, fecha en la cual los solteros que ganen hasta 8.360 pesos y los casados con dos hijos con ingresos hasta 11.563 pesos no serán alcanzados por el tributo, que afecta al 17% de los asalariados. En la Argentina, hay 8,9 millones de trabajadores con salarios registrados. Según la Presidenta, el aporte de quienes están en relación de dependencia contribuyó en 2011 sólo al 5% de la recaudación total de Ganancias, porcentaje menor a países como Brasil, Chile, Perú y Uruguay, afirmó.
El anuncio de Cristina Kirchner (en Twitter: @CFKArgentina), que recién será efectivo con el sueldo de marzo, puede licuarse en las próximas paritarias, en las que gremios como bancarios, docentes y empleados públicos ya anunciaron que aspiran a lograr un aumento que cubra la inflación real de 2012, que según los institutos privados llegó al 25,6% promedio.
El economista Nadin Argañaraz, titular del IARAF (www.iaraf.org), calculó que si los aumentos están por encima del 20%, habrá «más trabajadores alcanzados por Ganancias, o sea, habrá más contribuyentes». Recordó que un trabajo del IARAF calculaba en 60% la actualización necesaria del mínimo no imponible para alcanzar el nivel de tributación de abril de 2011, cuando se modificó por última vez. «Al ser menor la actualización, se congela la presión tributaria consagrada en 2012», apuntó Argañaraz.
Para los empresarios, la presión gremial termina siendo absorbida por las empresas, ya que el mayor pedido de los sindicatos no puede ser trasladado en muchos casos a precios debido a la fuerte competencia en el mercado.
Cristina Kirchner, quien transitó de los anuncios (foto) a momentos emotivos (lloró en dos ocasiones al recordar a Néstor Kirchner), afirmó que «las paritarias seguirán siendo libres», aunque pidió que «empresarios y sindicalistas no se enfrenten porque termina mal, como sucedió en otras épocas«.
Las dos CGT -oficial y la rebelde de Hugo Moyano- ya habían anunciado que pedirán mejoras por encima del 25%.