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Por Juan Turello. Los argentinos finalizaron la semana con una sensación de inseguridad sobre lo que vendrá. Hubo largas colas frente a casas de cambio y bancos para pasar los ahorros a dólares. La moneda norteamericana sigue siendo el reaseguro que no da la coyuntura, ni las incógnitas sobre las políticas del presidente electo, señala mi nota en La Voz. Anoche el Banco Central, acentuó el cepo sobre el dólar.
El horizonte que se anticipa es complejo y los patrimonios pueden sufrir otro zarpazo de la política, que no anunció cómo hará para reducir el gasto público y evitar la emisión monetaria, que alimentan la inflación.
Las medidas en danza que analizaba la nota:
Aunque atractiva en la coyuntura, ya fracasó porque los operadores aprendieron a subfacturar exportaciones y a sobrefacturar importaciones para hacerse de billetes, que luego liquidan en el mercado marginal, con ganancias millonarias.
Funcionarios y analistas coinciden en que la sangría de dólares del Banco Central no puede continuar. Tras las primarias, se perdieron unos 20 mil millones entre compras de particulares y empresas, además de pagos de deuda. En los últimos días, la entidad liquidó más de mil millones por la insaciable demanda.
Hubo compradores que hacían largas colas para adquirir 100 dólares. En septiembre, el 70% de las operaciones fue por menos de mil dólares, según informó el Central. Las reservas netas cayeron más de 2.800 millones sólo ese mes.
Este lunes votan los mercados. Nadie desea un día negro. La actitud de los protagonistas de la política será clave.
Más allá de lo que suceda con el mercado de cambios, la otra pregunta que dominó los ambientes es si los argentinos nos enfrentaremos a un lunes negro.
Evitar esa catástrofe, depende de la actitud y de las señales que envíen los dos principales actores políticos: Mauricio Macri y Alberto Fernández. Será necesario que ambos den señales de madurez y dejen de lado el “modo campaña”, que tiñeron sus acusaciones recíprocas.
La transición necesita de una actitud madura por parte del presidente, que -justo es reconocerlo- no recibió de su antecesora Cristina Fernández. Y también que el eventual ganador –Alberto Fernández– deje de lado sus frases de campaña para enunciar cómo hará para poner la economía de pie, recuperar el salario y la producción, y renegociar la deuda en default.
Un posible pacto social ya se tradujo en aumentos de entre 5 y 12%, según las listas que recibieron supermercadistas cordobeses.
Es necesario que el pacto social anunciado muestre un fuerte compromiso por parte quienes apoyaron esa propuesta.
Una transición de más de 40 días requiere de actitudes conciliadores para evitar que la situación socioeconómica descienda un escalón más.