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Por Claudio Fantini. El año que acaba de finalizar terminó con un acontecimiento que evocó viejos fantasmas, lo que generó que 2020 comenzara con oscuros presagios.
En realidad, hubo un cúmulo de hechos -generados por Estados Unidos, Irán, Rusia y Corea del Norte– que vaticinan para 2020 un tenso escenario internacional. Hagamos un repaso de esos acontecimientos que, de una u otra forma, impactarán en la Argentina.
Kim Jong Un –el líder norcoreano- amenazó con nuevos ensayos nucleares y habló de un nuevo armamento supuestamente inigualable.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, ostentó sus misiles hipersónicos Avangard como quien quiere relanzar la carrera armamentista, mientras fuerzas navales rusas, chinas e iraníes realizaban maniobras conjuntas en el norte del Océano Índico y en el Golfo de Omán.
Pero lo que más preocupó a Washington fue que, en el último día del año, Bagdad se pareció a Bengazi en setiembre del 2012, cuando turbas de fanáticos islamistas libios ingresaron al consulado norteamericano y lo incendiaron, muriendo un preciado embajador, Christopher Stevens, junto a varios funcionarios y soldados norteamericanos. La diferencia es que aquel ataque en Libia tuvo como detonante la indignación que causó la película “La inocencia de los musulmanes” entre fanáticos islamistas libios y egipcios.
El asalto de turbas furibundas a la embajada norteamericana en Bagdad tuvo una motivación menos simbólica: la respuesta contra Estados Unidos a un ataque contra una base en Irak que mató a un contratista estadounidense. La respuesta había tenido como blanco cuarteles de Hizbolá, con un saldo de 25 muertos.
Otra diferencia es que, en Bagdad, las autoridades iraquíes actuaron más velozmente que los libios y contuvieron el asalto a la sede diplomática. Pero el embajador Mathtew Tueller estuvo cerca de sumarse a la lista de embajadores norteamericanos abatidos.
El enfrentamiento entre EE.UU.-Irán, y las amenazas de Rusia y de Corea del Norte inauguran 2020 con un escenario global complicado.
No son los únicos fantasmas que sobrevuelan Bagdad desde el ataque a la sede diplomática. También reapareció la imagen del asalto y ocupación a la embajada en Teherán.
Es posible que el ayatola Alí Jamenei esté ejecutando el mismo juego de su antecesor. Esta vez, el objetivo es poner fin a la insólita coexistencia de dos acérrimos enemigos: Irak y Estados Unidos, por ser el gobierno norteamericano el principal respaldo.
La reacción de Donald Trump de ordenar el asesinato del superpoderoso general iraní Soleimani y otras amenazas contra el régimen de Irán ponen más tensión al comienzo de este 2020.
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La República Islámica tiene gravitación porque es un régimen chiita, y las coaliciones gubernamentales iraquíes han estado controladas por las fuerzas chiitas de Irak hasta la actual administración, encabezada por el renunciante, pero aún en funciones, Adel Abdelmahdi.
Parecía una ironía de la historia, pero iraníes y norteamericanos estuvieron del mismo lado en la guerra contra el Estado Islámico (ISIS). Acabado ese conflicto, los dos eternos enemigos parecen volver a ponerse en sus respectivas miras y tienen el dedo en el gatillo, lo que podría desatar una tercera guerra mundial.
Un juego peligroso que puede hundir a Irak en otro infierno, convirtiéndolo en escenario de una guerra abierta y total entre dos viejos enemigos.