Por Sebastián Turello. Los Turello, junto a otros periodistas, visitó la planta de fabricación...
Autoridades del IAE y de Banco Macro, en una ceremonia conducida por la periodista Verónica...
La empresa Aguas Cordobesas celebró el cierre del programa “Construyendo Futuro 2024", con la...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. En el Gobierno nacional hay un exceso de debates en momentos en que las familias y las empresas reclaman medidas efectivas para enfrentar una de las peores crisis sociales y económicas, señala mi nota en La Voz. El diagnóstico común es la falta de confianza hacia el Gobierno y el desgaste que sufre la gestión de Alberto Fernández. Hasta las encuestas que maneja Cristina Kirchner lo admiten.
Las discusiones sobre la violación de los derechos humanos en Venezuela, cuyo Gobierno fue condenado por los países más prestigiosos en respeto a las libertades; sobre si aceptar las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI); sobre los jueces y sobre la toma de tierras, entre otras, paralizan a la administración de Alberto Fernández.
El jefe de Estado apenas logra sostener la coalición oficial. El diagnóstico común es la falta de confianza hacia el Gobierno y el desgaste que sufre la gestión de Alberto Fernández. Hasta las encuestas que maneja Cristina Kirchner lo admiten.
La eventual sucesión presidencial está colmada de versiones en las redes sociales. No es bueno que suceda cuando recién se cumplen 10 meses de gestión.
El dato más grave de la semana pasó casi inadvertido: la misión técnica del FMI se asombró de las escasas reservas líquidas del Banco Central.
El país podría afrontar un parate en la producción si los dólares son insuficientes para importar insumos para la industria, para pagar servicios imprescindibles y para acompañar la refinanciación de deudas de las empresas.
La discusión es cuál debe ser la devaluación del peso frente al dólar, que permita cerrar una brecha superior al 100% con el dólar financiero y el blue.
Los productores no entregarán las casi 17 millones de toneladas de soja que aún retienen porque los granos tienen una tendencia al alza y porque esperan una devaluación mayor a la quita de tres puntos que les ofreció el ministro Martín Guzmán. La estrategia oficial fracasó en atraer más dólares por esta vía.
Estados Unidos aplaudió el voto contra Venezuela. La posición de Donald Trump o eventualmente la de Joe Biden es clave para cerrar un acuerdo con el FMI, que postergue los vencimientos de una deuda por 44 mil millones de dólares que contrajo Mauricio Macri.
Tras el informe negativo de la banca JP Morgan, en abril de 2018, Macri experimentó el ahogo en dólares que hoy sufre Alberto Fernández.
Por importaciones, pagos de deuda, giro de utilidades, servicios y por turismo, la Argentina consume más dólares que los que genera. Y ese dilema no se resolverá en el corto plazo aun cuando la balanza comercial deje este año un saldo favorable de unos 12 mil millones.
Para colmo, el rebote se frenó en agosto en comparación con el trimestre mayo-julio, que había mostrado un aumento intermensual desestacionalizado. La producción manufacturera retrocedió en agosto 0,9% sobre julio, mientras que la construcción perdió 1% .
El FMI no pedirá un ajuste, pero exigirá un plan sustentable que genere los recursos para cancelar los compromisos externos.
El Gobierno no tiene una respuesta única y contundente a esa demanda.
Martín Guzmán pretende reducir el déficit de un billón de pesos en 2021 con un aumento de la recaudación (hoy la economía sigue en recesión) y con un recorte de programas como el IFE -cubre a nueve millones de personas y demandó 269 mil millones de pesos- y el de ATP, que exigió un desembolso similar en cinco ediciones.
La advertencia más grave de la semana también pasó casi inadvertida. La pronunció el empresario Eduardo Costantini, cuando dijo que “la Argentina no puede seguir viviendo como vive; el modelo está agotado”.
¿Qué modelo? El de un gasto público que está por encima del que puede sostener el sector privado.
El economista Gabriel Rubinstein lo dijo de otro modo en Fundación Mediterránea: “Las provincias donde el empleo privado es más alto que el público (Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Mendoza) tienen que encontrar una alternativa que sea más que aguantar y vivir de parches, o del vamos viendo en economía”.
¿Hay un plan creíble para detener la sangría de dólares y evitar una híper? Recuperar la confianza con medidas efectivas y asumir una devaluación controlada serían los primeros pasos necesarios. Otros especulan con desdoblar el mercado cambiario, una receta que no sería apoyada por el Fondo ni por el ministro Guzmán.
Argentina parece que nunca cierra sus debates en forma definitiva.