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Además de la evolución de la pandemia, en 2021, habrá que seguir monitoreando con atención ciertas variables de la economía argentina. Entre ellas, la inflación, la emisión monetaria, la pobreza y el déficit.
A ese cuarteto se suma el dólar, por su influencia externa e interna.
El contexto internacional sigue siendo complejo e incierto.
El tablero global está dominado por la tensión sociopolítica que vive Estados Unidos con el recambio presidencial; el avance económico de China y por las campañas de vacunación contra el COVID-19.
Todos esos elementos influyen en nuestro país.
“Hay una gran expectativa por el resultado de la vacunación. Si logra tranquilizar a los mercados, hay que monitorear el precio del dólar, que -como hemos visto- ha venido perdiendo valor respecto a otras monedas. Y esto es una buena noticia para nosotras porque mejora el precio de las commodities. Este escenario podría ser de viento de cola para la Argentina, con buen precio de las materias primas”, sostuvo José Simonella -presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba- en Los Turello.
Sin embargo, advirtió: “si la pandemia continúa, el escenario es muy malo por su impacto en la economía”.
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El titular CPCE de Córdoba afirmó que las variables a seguir con atención “son la emisión y la inflación”.
“Hay que recordar que del déficit proyectado -5,5% del Producto Interno Bruto (PIB)- el 60% se cubre con emisión, según el proyecto del Presupuesto”.
Además, Simonella señaló que “la demanda de pesos ya se agotó; la demanda máxima se da en diciembre, por lo que en enero y febrero comienza a disminuir la cantidad de pesos que los argentinos queremos tener en el bolsillo”.
“La inflación es una máquina de generar pobres”.
En ese escenario, anticipó que “habrá presión sobre el dólar y presión inflacionaria”.
“La inflación va a ser muy alta en el primer trimestre. Las últimas estimaciones (del Relevamiento de Expectativas de Mercado -REM- del Banco Central) hablan de una inflación anual de 50%, cuando los salarios difícilmente puedan llegar a ese nivel porque las empresas no los van a poder pagar”, sostuvo.
50 puede ser el número de la inflación, según la proyección del REM; de la pobreza, según institutos privados; y el del componente impositivo (50%) en la estructura de los precios de algunos productos.
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-¿Cuál es el mayor desafío de la economía argentina para este año? se le preguntó a Simonella.
“El mayor desafío es generar producción. Si no hay inversiones, que generen trabajo genuino y mejoren el nivel de actividad, difícilmente pueda disminuir la pobreza y aumentar el empleo y la Argentina tenga las condiciones para honrar la deuda. La solución es captar inversiones, como seguridad jurídica no tenemos, deberíamos mostrar alguna coherencia de todo el arco político, que lamentablemente todavía no se logra”, respondió el economista.