Discusiones, amagues de pelea (Agustín Rossi contra otro diputado), botellazo (de Sergio Pansa), insultos, entre otras malas prácticas, tiñeron la aprobación de la reforma judicial en la Cámara de Diputados de la Nación, que será cuestionada por la oposición ante la Justicia.

Lo concreto es que más allá de la manifestación popular y la carpa blanca frente al Congreso, los legisladores oficialistas hicieron oídos sordos y siguieron adelante con los proyectos, logrando imponer por 130 votos a 123 la reforma del Consejo de la Magistratura. Éste es el proyecto clave del kirchnerismo para controlar a la Justicia. Como se le introdujeron reformas, ahora deberá ser tratado por el Senado, donde se descuenta que será aprobado la semana próxima.

Por otra parte, ya son ley la creación de las Cámaras de Casación en los fueros Administrativo, Civil y Comercial y del Trabajo y la Seguridad Social, y la modificación de las medidas cautelares, todo lo cual le dará más poder al Estado frente a los reclamos de los ciudadanos. La infografía de agencia oficial Télam, aunque no incluye las críticas de la oposición, alude con claridad a los cambios que se pondrán en marcha en la Justicia.

La oposición anunció que irá a la Justicia para pedir la inconstitucionalidad de las medidas, así como la polémica votación del artículo 2 de la ley del Consejo de la Magistratura.

Para la sociedad en general, la sesión de Diputados fue bochornosa al observar que los principales representantes del pueblo se insultaron, amagaron con pelearse entre ellos y hasta se arrojaron elementos entre ellos, sin poder alcanzar acuerdos mínimos sobre un poder del que se reclaman cambios, pero que no esté sujeto a los mandatos del Poder Ejecutivo.