Por Claudio Fantini. “Fe y violencia son incompatibles”, acaba de decir el papa Francisco. Una fórmula concreta y contundente. También un mensaje para todas las religiones, incluido el cristianismo, que en el último siglo ha tenido muchas expresiones armadas.

Por caso el IRA, que enarbolaba el catolicismo entre sus banderas para luchar, mediante el terrorismo, contra el dominio británico del Ulster (Irlanda del Norte), o el Ejército de Dios, con el que la etnia Karen luchaba por separar su territorio del resto de Myanmar, la antigua Birmania.

 Los Coptos: la minoría religiosa que apoya a los laicos 

Pero, aunque es general, el llamado del Papa está dirigido a Egipto, porque sabe que allí hay una minoría cristiana en riesgo: los coptos. Esta antigua Iglesia egipcia abarca al 10% de la población y siempre ha estado en la mira de los islamistas, quienes en el caos generalizado han comenzado a incendiar los tempos coptos. Los islamistas los acusan de haber apoyado los regímenes laicos y también el golpe de Estado contra el presidente Mohamed Morsi.

No se equivocan. Como toda minoría religiosa, los cristianos de Egipto apoyaron al régimen militar desde su primer presidente, el general Mohamed Nagib, pasando por Gamal Nasser y Annuar el Sadat, hasta Hosni Mubarak, el militar derribado por la «Primavera Árabe». Y también es posible que la comunidad copta haya apoyado masivamente el golpe de Estado que dio el general Al Sisi.

Siempre las minorías religiosas apoyan los regímenes laicos y se oponen a gobiernos religiosos. Ante un gobierno laico, los coptos son, ante todo, ciudadanos egipcios, pero ante un gobierno islamista son, ante todo cristianos, y como tales sufren discriminación.

Por eso las minorías cristianas de Irak apoyaban al régimen criminal de Saddam Hussein y,en Siria, respaldan al sanguinario Bashar el Assad. Antes de la caída de Saddam Hussein, los árabes cristianos, o sea los caldeos, asirios y siríacos, eran 1,5 millón. Masacres y limpiezas étnicas hicieron que hoy sólo quede medio millón de cristianos en Irak.

 Islamistas y Laicos 

La crisis de Egipto muestra una primera división: islamistas contra laicos.

■ Los islamistas:  están monolíticamente unidos detrás de la Hermandad Musulmana, creada en 1929 y madre de todos los grupos fundamentalistas del Medio Oriente, cuyo brazo político -Partido Justicia y Libertad- ganó la única elección libre y plural de un jefe de Estado, llevando a la presidencia al fundamentalista Mohamed Morsi.

■ Los laicos: por su parte, se dividen en pro-autoritarismo (partidarios de gobiernos militares o apoyados en los militares) y antiautoritarios (partidarios de gobiernos civiles y claramente democráticos). Los laicos anti-autoritario, a su vez, se dividen en izquierdistas y liberales.

Fue el laicismo anti-autoritario el que derribó al régimen laico autoritario de Mubarak, pero a la elección que produjo el movimiento libertario la ganó el partido fundamentalista, porque la vereda religiosa no tiene divisiones y se encolumnó tras el candidato de la Hermandad Musulmana.

Los intentos del gobierno islamista para cambiar el estado secular por uno religioso, hicieron que el laicismo anti-autoritario apoyara el golpe de Estado que dieron los militares. Y guarda silencio ante las masacres que la represión está provocando en las protestas islamistas.

En la misma vereda están los cristianos coptos. Por eso, de estallar una guerra civil, serían blanco de la ira ultra-islamista.

Al clamar que la fe es incompatible con la violencia, el papa Francisco se está adelantando a la tragedia que podría sufrir la comunidad cristiana egipcia, si no se la protege a tiempo.  ●

 Notas relacionadas:

■  Egipto al filo de la guerra civil / Fuente: Turello.
■  Egipto y su revolución inconclusa / Fuente: Turello.