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Por Juan Turello. ¿Qué busca el gobierno de Mauricio Macri con el acuerdo propuesto a la oposición sobre 10 consensos? En lo fundamental, que los líderes de la oposición estampen el compromiso de cumplir “las obligaciones con los acreedores”. Ese es el punto principal, sobre los demás existen marcadas coincidencias, señala mi nota en La Voz.
Esto sucede en medios de insistentes análisis de que será necesario renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –cualquiera sea el presidente elegido- y ante la tentación del kirchnerismo de declarar una moratoria unilateral de la deuda por uno o dos años. Fue Máximo Kirchner quien abrió la puerta a lo que temen los mercados y los inversores. “No me interesa el humor de los mercados financieros y del FMI; van a tener que esperar”, sostuvo el hijo de la ex presidenta en el lanzamiento de un frente multipartidario. Obvio, anti-Fondo.
En su libro, Cristina Kirchner ya dio señales de que su aliado externo preferido es Vladimir Putin más que el orden global que surge de los grandes centros financieros, bajo influencia de Estados Unidos.
¿Puede existir una corrida cambiaria antes de las elecciones? “No imaginamos ese escenario, pero sí mucha volatilidad en torno del dólar”, apunta Aníbal Casas Arregui, asesor financiero y titular de S&C Alic.
La mención de un posible consenso en torno de 10 temas clave hizo saltar las acciones argentinas en Wall Street y en el mercado local. Más allá de la firma de ese documento, existen coincidencias de que el país debe mantener el actual convenio con el FMI, aunque sea necesario pasar de un stand by a un acuerdo de facilidades extendidas (EFF, por sus siglas en inglés). Este tipo de acuerdo exige reformas estructurales.
Sería algo así como volver a las promesas de las proclamadas reformas impositiva, laboral y previsional, además de mantener el déficit cero en los gastos primarios.
¿Es posible el acuerdo propuesto por Macri? Muy difícil en tiempos electorales –faltan menos de 100 días para las primarias-, además de que juegan en contra los antecedentes del Presidente y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que descreen de los acuerdos políticos y económicos. No los intentaron en más de 40 meses de gestión.
Sólo el temor al desplome de los bonos, que alimentan el riesgo país, y la trepada del dólar, empujaron a Macri y a sus hombres a la búsqueda de acuerdos.
Un sacrilegio que también cometió el FMI sobre la libre flotación de las monedas, un principio esencial de sus postulados. La libre flotación fija el valor de las monedas de los países en relación con su productividad y reputación, sostiene la teoría.
Pero el temor de que otro gobierno populista se instale en la región y que reproduzca la imagen de Venezuela –con fuerte presencia rusa y china-, obligó Donald Trump y sus técnicos a jugar todas sus influencias para que el Fondo deje de lado el libreto y asuma que “a veces” es necesario que el Banco Central intervenga en la libre cotización del dólar. Más aún en un país bimonetario como la Argentina y con elecciones a la vista.
Más allá de la intervención del Central, la cotización del dólar seguirá siendo volátil de aquí hasta la asunción del nuevo gobierno.
Los economistas coinciden en que hay leves signos de recuperación. La actividad económica se recupera en la comparación intermensual y la recaudación impositiva de abril -51,3% más que en 2018- se acercaría a la inflación de los últimos 12 meses, que rondaría el 55%.
Aún las ventas minoristas no mejoran, luego de 15 meses consecutivos de caída. En ciertos puntos del interior, la situación de los minoristas es desesperante. Con todo, la Cámara de Comercio de Córdoba destacó que en el último relevamiento se asumieron más optimistas sobre las expectativas a futuro.
Quedan aún largos meses de interrelación entre la política y la economía, y viceversa.