Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. El acuerdo es como uno de esos planes largos que se usaban para promocionar la venta de automóviles, señala mi nota dominical en La Voz del Interior. Habrá cinco años para cancelar la deuda con el Club de París, un enorme esfuerzo para Cristina Kirchner y su sucesor.
El convenio es como salir del “Veraz internacional”. La buena nota se suma a los tres canjes que ya aceptaron el 92% de tenedores de bonos en default desde 2001. ❝Falta el paso más importante, que es saber qué resolverá la Corte de Justicia de Estados Unidos sobre el reclamo de los holdouts❞, advierte Ernesto Rezk, doctor en Economía, quien pide prudencia ante el entusiasmo oficial.
Los desafíos no son pocos: hay que cancelar U$S 1.150 millones antes de un año. Desde 2016, la pesada mochila incluye sólo ese año pagos por U$S 17.400 millones. Al Club de París se suman la indemnización a Repsol y otros compromisos.
El acuerdo supone la posibilidad de obtener, en el mediano plazo, créditos y financiaciones más accesibles, en momentos en que en el mundo hay muchísimo dinero que busca mejores rendimientos que el bono a 10 años del Tesoro norteamericano (2,5% anual).
En almacenes y autoservicios de Córdoba cayó 16% la venta de leche fluida y subió 5% la de pan y otros farináceos. ❝Hay más harina que leche en la panza de los chicos❞.
Eso es el mediano plazo. En lo inmediato, el convenio con 15 países no resuelve la “deuda interna”: inflación, crédito caro, problemas de empleo y caída de las exportaciones y de las inversiones extranjeras. Estas cinco urgencias disparan graves problemas sociales. Por caso, cayó 16% la venta de leche fluida en almacenes y autoservicios de Córdoba, en tanto aumentó 5% la de pan y otros farináceos. ❝Hay más harina en la panza de los chicos que leche❞, advierte Germán Romero del Centro de Almaceneros.
En 12 meses, la inflación de los productos primarios fue de 43,3%.
La caída en el salario real (por ende en el consumo) provocó la reaparición de los carteles “liquidación total por cierre” y “25% OFF en abrigos y camperas”, cuando aún no llegó el frío invernal.
¿Qué puede hacer el Gobierno? Una rebaja de la presión impositiva ayudaría. La “maquinita” (emisión) sigue a full: el déficit primario del primer trimestre fue de 32.560 millones. Los ingresos crecieron 33% y las erogaciones, 36. La brecha se cerró en parte con “Rentas de la propiedad” del Banco Central y la Anses (ganancias ficticias) por 15.180 millones, según el Iaraf.
Hay por delante una enorme responsabilidad en bajar el gasto y en afrontar los pagos de la deuda. ¿Lo hará Cristina Kirchner o le pasará la pelota al próximo Gobierno?