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Por Juan Turello. Los supuestos problemas de gobernabilidad, al menos por el lado de las cuentas públicas, fueron eliminados para 2019. La definición les alcanza a las administraciones de Mauricio Macri, Juan Schiaretti y Ramón Mestre, señala mi nota en La Voz, que cuestiona la falta de ajuste en los gastos de la política.
El Senado aprobó el jueves el Presupuesto 2019, que implica para Macri un fuerte ajuste fiscal, monetario y cambiario. El amplio respaldo, incluido el de sectores peronistas, le permitió cosechar 45 de los 72 votos (casi dos de cada tres). Hasta el FMI festejó. Entre este año y 2019, liberará unos 30 mil millones de dólares. La Argentina no caerá en otro default de la deuda.
Los gobiernos de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba no tendrán problemas en que se aprueben los presupuestos que presentaron. Veamos.
Presupuesto nacional. Casi un tercio del ajuste de unos 400 mil millones de pesos en el gasto nacional será soportado por las provincias, pero el mayor peso recaerá en el sector privado, que afrontaría unos 240 mil millones, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
La senadora cordobesa Laura Rodríguez Machado (Cambiemos) defendió el Presupuesto: “De cada cuatro pesos, tres están destinados a servicios sociales. El 77% del gasto primario se destinará a servicios sociales; es la participación más alta de los últimos 20 años”, afirmó.
Los que miran el vaso medio vacío advierten que Macri llegó al poder con la promesa de bajar los impuestos. Terminará con la presión fiscal más alta de la historia.
Presupuesto provincial. El de Córdoba, que se presentó el martes con una “dulce” demostración, será aprobado el 5 de diciembre. Prevé reducir Ingresos Brutos en 6.141 millones de pesos, pero el Inmobiliario Urbano subirá entre 29 y 40%; el Rural del 38 al 56%, y no se aplicará la rebaja de Sellos. A estas cargas habría que agregarles el aumento de las valuaciones, que se sentirán en el Impuesto a los Bienes Personales, que el Gobierno nacional cobrará para compensar la caída de los subsidios al transporte.
Presupuesto municipal. La Municipalidad de Córdoba, cuyo cálculo también será aprobado por el oficialismo, anticipa una suba menor de los impuestos, pero mantiene las cargas sobre las boletas de luz, agua y gas, que había prometido eliminar por el Consenso Fiscal de 2017.
El único consenso entre los tres niveles de Gobierno parece ser aumentar los impuestos cada vez que aparece una necesidad. Nada de recortar gastos.
La presión fiscal total (Nación, Provincia y municipio) aumentó seis puntos porcentuales durante el primer mandato de Cristina Fernández y nueve puntos en el segundo; Macri le dio otro empujón en 2016, según el trabajo del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, con financiamiento de la municipal Agencia para el Desarrollo Económico de Córdoba (Adec).
El informe se detuvo en 2016, ya que hasta esa fecha se tiene el informe del producto geográfico bruto (PGB). Pero, no hay dudas, los impuestos siguieron y seguirán subiendo.
Con bolsillos apretados por los impuestos, el aumento en los servicios y en los alimentos, los cordobeses podrán visualizar una recuperación desde abril, por efectos de la cosecha de granos gruesos, que se prevé récord a nivel país: soja, 55 millones de toneladas; maíz, 41 millones.
Junto a otros granos, por impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, aportarían ingresos por unos 10 mil millones de dólares, según el cálculo de Daniel Marx (Quantum).
La recuperación sería lenta desde diciembre, pero más visible desde el segundo semestre, coincidieron José Simonella (CPCE) y Lucas Navarro (Bolsa Córdoba).
Mientras, todos los sectores económicos de la provincia (industriales, comerciantes, servicios y metalúrgicos) insisten en que el Estado debe efectuar su propio ajuste para evitar que la carga tributaria se convierta en una mochila imposible de llevar. Es el ajuste que no se anunció.