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Por Eugenio Gimeno Balaguer. En toda organización pública o privada, así como en los medios y en la sociedad, existen rumores que si no contrastados, se refuerzan al ser transmitidos. De allí, que es necesario tener en cuenta a cómo actúan los amplificadores y amortiguadores.
Los hay benignos, por en realidad son los menos, y de los otros, de los que crean una atmósfera tóxica en las organizaciones.
Los amplificadores están encarnados en gente que “disfruta” magnificando las cosas, y que domina el arte de potenciar los decibeles. Hemos escuchado afirmaciones como éstas: “Tenemos un gran problema de comunicación”; “los jefes no saben conducir”; “se gasta mucho y muy mal”; “no hay recompensas para nadie”, “así no vamos a ningún lado”; “esto no llega a ninguna parte”; “no hay solución posible”; etcétera.
Los amortiguadores tienen mejor posibilidad de crear una cultura transparente, en la que las verdades a medias y los rumores se diluyan porque no tengan razón alguna de existir.
Los amortiguadores tienden a calmar las cosas y a “bajar el volumen” en la interpretación de los sucesos tratando de desactivar los nodos de amplificación.
Los enunciados de los amplificadores si quedan a nivel de rumor tienen el potencial de convertirse en una bola de nieve y ser validados por el poder de quienes se hacen eco de esos rumores, se esparcen como virus, transforman el tejido de la comunicación interna, y no dejan nada positivo si los amortiguadores no accionan.
En general son los amortiguadores quienes “parando la pelota” deben tomar acción yendo en lo posible a las fuentes de los enunciados.
Algunas acciones sugeridas son: ir al origen de la cadena y preguntar; reducir el ruido, por ejemplo discontinuando mails no fundados; validar las afirmaciones cuantitativas, a veces en una organización se afirma “tenemos tal problema” y es de una pequeña parte de los miembros que la integran.
Accionar supone ir a los orígenes para verificar suposiciones dudosas y poco fundadas que se realizan a veces para llamar la atención o van cargadas de fuerte emotividad.