Por «Tato» Sagardía (acompañó al «Pato» Cabrera en Augusta). Acaba de ganar el Abierto del Centro por octava vez. ¿Qué puedo escribir sobre el Masters y la increíble actuación del «Pato» que no haya sido dicho? Algunas anécdotas de esos momentos inolvidables.
■ Lunes 8 de abril, noche.
Había pasado el primer día de práctica , un amigo en común hacía el asado en la parrilla a gas, sobre una terracita de madera. Espectacular. Un olorcito especial se diseminaba en el ambiente, después me dí cuenta: era el olor a Masters. No entrábamos en la mesa del comedor, por lo que comimos con este amigo, los dos ahí en la terracita, un asado delicioso.
■ Martes 9 de abril, noche.
Había pasado el segundo día de práctica.
¿Qué cenamos? Otra exquisitez, un salmón al horno dentro de una bandeja de aluminio, con unas verduras al vapor y un arroz exquisito.
¿Quién lo hizo? Nuestro CAMPEÓN.
¿Quien lo sirvió? Nuestro CAMPEÓN, ese que el domingo validaba, por enésima vez , su chapa de héroe, CAMPEÓN y otros cientos de adjetivos que se dijeron. Para mí, simplemente, mostró que tiene unos «huevazos» enormes, que vi en muy pocos o ninguno de sus eventuales contrincantes, salvo Adam Scott, a quien le auguro grandes hazañas .
■ Miércoles 10 de abril, noche.
Mañana empieza el Masters. El encargado de la cena es el mismo del día lunes (Luis Aguado). Menú: bifes a la criolla, simplemente impresionantes. Su especialidad: coronados con un huevo para cada uno de los 8 comensales que compartiríamos todas las noches la tradición de cenar en la cabaña junto a un grande. Todo es expectativa.
■ Jueves 11 de abril, noche.
Score: 1 bajo par, todo era sonrisas. Esa noche éramos muchos más. Otro cocinero de lujo (Luis Grunhaut) trajo unos bifes para hacer a la parrilla. Espectaculares, además probamos unos chorizos con gusto a anís (aporte de Julio Castillo), que eran exquisitos, pero que el CAMPEÓN no probó.
■ Viernes 12 de abril, noche.
Me tocaba a mí, pero llegué un poco tarde así que sólo ayudé. Obvio, asado de nuevo, y lo más importante, aunque no lo puedan creer, se escuchaba Cadena 3 y al «Bocha» transmitiendo la querida «T» . Score: 3 bajo par . Total 4 bajo par , las sonrisas aumentaban y los nervios de todos nosotros también , salvo los de él y de su hijo, que parecían decirnos: «Tranquilos tenemos todo bajo control«.
■ Sábado 13 de abril, noche.
Score 3 bajo par de nuevo, total menos 7. Era todo algarabía y buena onda. ¿Cómo lo explico? No puedo explicarlo. No salgo de mi asombro . Esa noche teníamos un invitado de lujo, Tim Rosaforte, un periodista muy importante de la cadena NBC, que nosotros vemos a veces por Golf Channel. Un peladito muy agradable que no hablaba nada de español, pero que quería ver cómo era comer un asado argentino. Muchas bromas. No entendía, pero le causaban gracia. En un momento preguntó dónde estaban los platos . Yo cortaba los gruesos bifes en bocados chicos sobre una tabla, al medio de la pequeña mesa y cada uno los sacaba, con la mano o con un tenedor .
■ Domingo 14 (glorioso) de abril, noche.
Llovía y mucho, y recién terminaba el Masters , y converso con el CAMPEÓN, por whatsapp, desde mi auto:
(Yo) – ¿Querés que lleve algo para comer ?
(Cabrera) -dale!!!
(Yo) – para cocinar adentro??
(Cabrera) – donde quieras?
(Yo) – asado no. Esta lloviendo.
(Cabrera) – tenemos paraguas .
(Yo) – ja culiao… ok me voy al Kroger (supermercado) , tené paciencia esto es un infierno (tránsito).
Esta charla la copié textual de mi celular. ¿Alguien puede creerla?
Recién ocurría la supuesta derrota en el Masters 2013, sin embargo, para él nada se había perdido, todo se había ganado, el humor era perfecto. El «Pato» me ayudó personalmente a correr la parrilla a un lugarcito techado. Se mojó bastante, pero estaba muy feliz, y cuando uno ve a un amigo feliz, también está feliz.
T. S .