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Por Juan Turello. ¿La política argentina está sufriendo un cambio profundo o nos parecemos a Noruega o Suiza, países primero y tercero en el índice de desarrollo humano de la ONU?, se pregunta el comienzo de mi nota en La Voz. Por las formas, lo sucedido con Alfonso Prat-Gay puede remitirnos a aquellos países. Sin embargo, hay diferencias y desafíos por afrontar.
La película: el Presidente se toma vacaciones. El día después de Navidad, el jefe de Gabinete anuncia que el Presidente echó al titular de Economía y que se desdobla la cartera en Hacienda y Finanzas. Además de Marcos Peña, ya hay ocho ministerios que entienden sobre temas económicos: los mencionados, Interior y Obras Públicas, Agroindustria, Comunicaciones, Energía, Producción y Transporte.
Alfonso Prat-Gay viajó 1.630 kilómetros desde Buenos Aires a Villa La Angostura para almorzar con quien acababa de echarlo. Mauricio Macri le ofreció ocupar un cargo ante la Unión Europea, que el golpeado ex ministro rechazó. Prat-Gay volvió a Buenos Aires, porque debía trabajar una semana más en la oficina de la que había sido despedido. A las 24 horas, ofreció una conferencia de prensa para proclamar “misión cumplida”. ¿Está todo bien?
En buen romance, significa: desarmamos el cepo, acordamos con los fondos buitres, lanzamos la reparación histórica a los jubilados y logramos más de U$S 90.000 millones de un blanqueo que aún no concluyó. Luego, se sacó una amigable foto con su sucesor.
“El despido fue al mejor estilo de las grandes corporaciones”, explica un ejecutivo free lance que trabaja para empresas norteamericanas. Netflix se perdió una serie argentina sobre Prat-Gay.
El Gobierno tiene ahora un súper ministro: Marcos Peña, y un súper ministro de Economía, el Presidente, que deberá demostrar que lo que sucedió no fue un gol en contra. Pagará los costos si la economía no arranca. La actividad cayó 2,4% en nueve meses; la industria 4,9 en 11 meses de 2016 y la construcción, 13% . Números duros.
¿Por qué la sociedad no reaccionó ante el recambio de la figura más importante en todo gabinete? Porque sus preocupaciones inmediatas son otras: cómo termina el año y cuáles son sus realidades en materia de empleo y salarios, y –si es posible- planificar las vacaciones 2017.
Al Gobierno de Córdoba también lo sorprendió la salida de Prat-Gay. “La relación seguirá siendo normal; no vemos dificultades en los temas que atañen a la Provincia”, dicen cerca de Schiaretti.
Para Córdoba, la salida de Prat-Gay también fue una sorpresa. Juan Schiaretti y el ministro Osvaldo Giordano tenían una muy buena relación con el ex funcionario, cuya “gradualismo” había sido elogiado por el gobernador en la Convención del IAEF, el 30 de septiembre último.
“La relación seguirá siendo normal; no vemos dificultades en los temas que atañen a Córdoba”, afirmó Giordano.
Luis Caputo, el designado ministro de Finanzas, deberá aprobar los últimos detalles de los acuerdos con los bancos chinos que financian la construcción de los gasoductos troncales. ¿China prestará el dinero luego de que la Corte Suprema frenara la construcción de las represas en el Sur argentino por la falta de estudios ambientales?
¿Con la nueva conducción económica, habrá más o menos gasto en relación con lo que sucedió este año? En 2016, se duplicaron las partidas que había dejado previstas Cristina Kirchner.
Nicolás Dujovne, flamante titular de Hacienda, pondrá el ojo en el gasto para recortar la superposición de programas que existen en los 22 ministerios que integran el gabinete de Macri. Tarea difícil. Todo dependerá de la voluntad presidencial. El recorte incluiría a Aerolíneas y otras empresas, que deberán reducir los rojos operativos.
¿El Gobierno bajará el nivel del gasto en un año electoral, en el que Macri juega su subsistencia política? Parece imposible, pero si no es así, la administración necesitará endeudarse por unos 50 mil millones de pesos. ¿Acudirá al FMI, que tiene una tasa más baja que los fondos internacionales, pero mayor injerencia en las políticas internas?
La Argentina no es Noruega ni Suiza en la calidad de vida ni en la forma que resuelve sus problemas. 2017 asoma como un año movido y con un mundo envuelto en cambios impredecibles. No obstante, las expectativas locales sobre una mejora son altas.