Podos días antes de finalizar 2024, el programa televisivo de interés general Los Turello...
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Por Juan Turello. El balance del año económico en la Argentina es positivo en líneas generales, aunque el resultado final no deja conforme a todos; en especial, a trabajadores y jubilados.
La desaceleración de la inflación y la estabilidad del dólar pesan más en el platillo positivo que el ajuste en el sector público y la pérdida de poder de compra de las familias con ingresos fijos, señala mi nota en La Voz.
El índice de precios mayorista fue de 54% un año atrás, que abonó la advertencia de Javier Milei en el sentido de que, a ese ritmo, «la hiperinflación alcanzaría 17.000% en un año».
Los precios mayoristas aumentaron 1,4% en noviembre y durante diciembre habrían repetido un porcentaje similar.
El índice de precios al consumidor subió 25,5% un año atrás, mientras que en noviembre fue de 2,4%, con una leve suba en el último mes de 2024.
La contracara del ajuste fiscal fue el despido de 34 mil empleados, la mayoría con una fuerte militancia política y sueldos desorbitantes, según la comunicación oficial.
Las pequeñas y medianas empresas (Pyme) acusaron la baja de 217 mil posiciones.
En el Gran Córdoba (Capital, Villa Allende y Saldán), el desempleo afectó a 70 mil activos en el tercer trimestre de 2024; ocho mil más que un año atrás, con fuerte impacto en mujeres y jóvenes.
La mayoría de los trabajadores registrados perdió entre 10% y 15% de valor real en sus ingresos frente a diciembre de 2023.
La reducción del poder de compra también golpeó a los jubilados nacionales, incluso a quienes cobran el bono extraordinario: dos de cada tres resignaron 4%, de acuerdo con informes privados.
Martín Llaryora intentó diferenciarse al mantener los programas de empleo, la obra pública -con 120 emprendimientos, se finalizaron las autovías Punilla y Calamuchita-, con la extensión de las sedes de la Universidad Provincial y con otras acciones.
Llaryora está en un sitio incómodo: el electorado cordobés y el empresariado apoyan en forma mayoritaria a Milei
La contracara a Milei le dio resultados: tiene mejor imagen que el Presidente, aunque la supresión nacional de los subsidios al transporte y de los aportes a la Caja de Jubilaciones suponen un apriete fiscal para las cuentas cordobesas.
Llaryora está en un sitio incómodo: el electorado cordobés y el empresariado apoyan en forma mayoritaria a Milei, contra quien el gobernador no puede librar una batalla frontal. Por ahora.
El fuerte ajuste fiscal, con la no emisión para financiar el gasto público, y la estabilidad del dólar juegan a favor del balance económico.
El dólar libre y los financieros terminan el año en torno de los $1200, muy lejos de los pronósticos de analistas y economistas, los cuales preveían una cotización que duplicaría o triplicaría el actual valor.
La apreciación del peso contra la moneda norteamericana supone un balance negativo para el turismo interno y la industria local.
Hoy, Argentina es cara en dólares, lo que implica una expansión del turismo emisivo y una caída de la producción frente a bienes y servicios importados.
Para el balance electoral de 2025, el Gobierno promete más de 200 desregulaciones, pero la carga impositiva y laboral sigue siendo elevada, frente a la competencia de Brasil, que devaluó 25% el real, y de China.
La reversión de la decadencia aún necesita de inversiones millonarias, que, por el momento, se concentran en hidrocarburos (con eje en Vaca Muerta), en la minería y en la agroindustria, entre los sectores más apetecibles.
Un sentimiento de esperanza y de expectativas favorables embarga a la población en el cierre de 2024.
Si los proyectos anunciados prosperan, es factible que la industria metalúrgica y la construcción puedan crecer por encima del 5%, que prevé el Gobierno.
El campo, la agroindustria, la educación y la salud son sectores que pueden empujar la recuperación en Córdoba.
La inversión es un motor que requiere de paciencia, para que tales fondos generen empleos y salarios de calidad, al tiempo que derramen sobre otras actividades.
En un año electoral, la tentación de volver al “plan platita” será enorme, pese a que, luego del festival inicial, llega la inflación y la caída de la actividad.
El pretendido cambio cultural jugará una apuesta fuerte a la hora de medir en el bolsillo los resultados del plan de Milei, que por ahora no deja conforme a todos.