El Banco de Córdoba (Bancor) aseguró que mantiene las operaciones de crédito en un contexto de crisis, que lo obligó a incrementar las previsiones por incobrabilidad y trabajar en el reperfilamiento de los créditos otorgados a sus clientes. La entidad que encabeza Daniel Tillard informó que en septiembre logró un resultado casi neutro. En nueve meses, las utilidades alcanzaron a 2.262 pesos, 34% más que en igual período de 2018.
Para Bancor, la situación de crisis obliga actuar procíclicamente, de allí la decisión de mantener abierta las ventanillas de crédito, con las previsiones del caso.
La entidad tiene una capitalización de 9.500 millones de pesos, y según sus indicadores, los ratios de solvencia y liquidez están por encima de otros referentes de la plaza financiera, según la información publicada en la cuenta de Twitter.
Bancor informa: pic.twitter.com/ehLWtjuxxB
— Banco de Córdoba (@BancodeCordoba) 13 de noviembre de 2019
Bancor fue su sede, junto a Fundación Vida Silvestre, el Ministerio de Servicios Públicos y la Secretaría General de la Gobernación de la Provincia de Córdoba, de la Primera Jornada sobre Finanzas Sostenibles.
Al explicar la participación de la entidad, el vicepresidente de Bancor, Hugo Escañuela, expresó: “Bancor adhirió en septiembre pasado al Protocolo de Finanzas Sostenibles, un acuerdo marco entre 19 bancos de Argentina, que representa un punto de partida, pero es necesario avanzar en acciones concretas, de lo contrario se convierte en letra muerta”.
El funcionario recordó que la entidad ya acompañó el Programa de Eficiencia Energética y Generación Distribuida del Gobierno provincial, con líneas de financiación destinadas a la inversión en equipamiento que promueve el uso eficiente y racional de la energía.
El mercado actual, caracterizado por una demanda creciente de productos y servicios sustentables por parte de los consumidores, constituye una oportunidad para promover el desarrollo de proyectos que ponen el foco en la producción responsable, a través de líneas de financiación y bonos verdes, que son una tendencia creciente a nivel global y se van incorporando paulatinamente en el mercado financiero latinoamericano.