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Por Juan Turello. El profesional, al frente de un prestigioso estudio contable, se sincera ante sus clientes: “No sé qué impuestos van a regir este año y qué pasará con la economía”. El diagnóstico resume la coyuntura que enfrentan familias y empresas sobre el impacto potencial de la “ley ómnibus”, que el viernes 2 de febrero sancionó en general la Cámara de Diputados, señala mi nota en La Voz. Cómo sigue la discusión. El papel que juega Martín Llarlyora.
El proyecto -denominado “Ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”- proponía una epopeya de transformaciones para achicar el Estado y reactivar la economía.
El costo político que pagó Milei es inmensurable. Los 664 artículos que proponía la redacción inicial quedaron reducidos prácticamente a la mitad.
Tampoco se puede establecer hoy qué impacto tendrán esas “bases” sobre la economía. La actividad retrocederá 2,8% este año, según el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Es posible que los precios cedan en los próximos meses por el fenómeno “estanflación”, una combinación de estancamiento e inflación en bienes y servicios.
El cuadro analítico que difundió Domingo Cavallo prevé una inflación de 8% en mayo, luego de 25% en diciembre y de 20% en enero, cifra sobre la cual coinciden consultoras y economistas.
Febrero arrancó con un duro golpe al bolsillo de la clase media, con subas en combustibles -con impacto en todos los precios-, en medicina prepaga, cuotas de colegios privados y gastos por el inicio de las clases. La lista es extensa.
La victoria parcial de Milei en Diputados debe dejar enseñanzas sobre dos temas claves que aún quedan para reorganizar el Estado y volver al crecimiento: el capítulo impositivo y la reforma laboral.
Hay un sector del peronismo, identificado con el kirchnerismo y con el albertismo, que augura la caída de Milei en pocos meses más. Hasta sus voceros la anuncian sentados en cómodas sillas de exclusivos balnearios.
Martín Llaryora sigue jugando fuerte. Primero, logró anular -junto a los gobernadores de Santa Fe y de Entre Ríos- la suba de retenciones a los granos, a las economías regionales y a la producción de agromáquinas.
Ahora, quiere que se incluya el compromiso del Gobierno de discutir una reforma impositiva, que le daría más recursos a las provincias.
Llarlyora pide coparticipar el Impuesto País (30% sobre la compra de dólares para ahorro y para varias actividades).
“La crisis cada día es peor y se agrava”, advirtió Llaryora en la Legislatura el jueves último. Enfatizó -en dos ocasiones- que el tejido Pyme se desintegra, luego de la caída de 31,7% en las ventas en diciembre último.
Prometió cambios y una alianza público-privada para mejorar la educación y la atención de la salud.
Lo más sorprendente fue el anuncio de inversiones millonarias para cumplir con el eslogan “Córdoba no para”, que proclamó en varias ocasiones, alentado por la barra partidaria.
Algunos botones de muestra: 45 mil millones de pesos para 38 nuevos edificios educativos; 34 mil millones para cuatro hospitales nuevos y 12 nosocomios que serán refaccionados y 7 mil millones para el fondo hospitalario.
Puso énfasis en diferenciarse de la virtual paralización de la obra pública que anunció Milei.
Córdoba ejecutará o terminará 377 obras -desde energía, rutas, gas natural hasta cloacas- por ¡700 mil millones de pesos!
La oposición reaccionó con codazos entre sus integrantes, inquietos por conocer de dónde saldrán los recursos para semejantes proyectos, cuando la recaudación caería por el parate económico.
En las últimas horas, el gobernador anunció que recurrirá la crédito externo.
Los opositores leyeron que detrás de esos anuncios está la intención de Llaryora de instalarse como referente del peronismo a nivel nacional, con aspiraciones presidenciales en 2027.
Miguel Siciliano, titular del bloque oficialista, negó esa especulación, y afirmó que el Gobierno provincial está concentrado en la gestión.
Mucho de lo que se haga o quede pendiente estará vinculado con el impacto de la ley de bases sobre la macroeconomía y el tejido productivo cordobés, que ya lanzó varias alertas; la última, el ahogo que soportan los autopartistas.