Las muestras de júbilo y elogios sobre la elección de Jorge Mario Bergoglio como el Papa Francisco (en Twitter: @Pontifex) se sucedieron ayer en la Argentina y en todo el mundo, al tiempo que perdía fuerza la acusación que lanzó el diario kirchnerista Página 12 de haber colaborado con la dictadura.

«El Papa no tenía vínculos con la dictadura», fue la frase que repitieron varios protagonistas de la política argentina, pero resonó con más fuerza en las bocas de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz y uno de los más acérrimos críticos del régimen militar, y de Graciela Fernández Meijide, que integró la CONADEP, la cual -a instancias del gobierno de Raúl Alfonsín- investigó las violaciones a los derechos humanos en el período 1976-1983. «De todos los testimonios que recibí, jamás recibí de que Bergoglio haya estado relacionado con la dictadura», afirmó.

El diario Página 12 (@Pagina_12)  había titulado su tapa ¡DIOS MIO!, y en sendas notas firmadas por Horacio Verbitsky y Fernando Cibeira señaló los supuestos vínculos de Bergoglio con la violación de los derechos humanos durante el régimen militar. Incluso, insistió en su presunta responsabilidad en la desaparición de dos seminaristas, lo que ha sido negado por el ex titular de la Conferencia Episcopal Argentina en el libro El Jesuita, de Sergio Rubín.

Incluso, a través de las redes sociales se difundió una supuesta foto de Bergoglio dando la comunión al ex dictador Jorge Rafael Videla, que luego -varios de los que propalaron la imagen- reconocieron en Twitter que era falsa, ya que el sacerdote en cuestión es una persona mayor y el actual Papa era mucho más joven en esos años. El oficialismo le cuestiona haberse pronunciado en contra del matrimonio entre homosexuales y a las políticas de salud reproductiva.

La actitud de la publicación, a la que Cristina Kirchner (@CFKArgentina) asistió a la celebración de su 30° aniversario, tendría relación con la decepción que causó en las esferas oficiales la nominación de Bergoglio como Papa, dado sus enfrentamientos con Néstor Kirchner en su momento y con la Presidenta, en especial durante el conflicto con el campo (2008). «No podemos tener tanta mala suerte», se lamentó una funcionaria, según el relato de periodistas que la escucharon en la Casa Rosada.

Ayer, el Papa Francisco (así será llamado por ser el primero que lleva ese nombre, sin necesidad de incluir el número romano al lado de su apelativo) dejó el lugar donde estuvo hasta su elección, pagó el hospedaje, rehusó usar el auto oficial y ofició su primera misa como Pontífice, en la que pidió una Iglesia «activa y comprometida».

Redacción Turello.com.ar

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