Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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A Rosana Negri, titular de Agrometal, una de las industrias récord en el «boom» que vive el campo, le gusta decir que la fábrica está “en el interior del interior”. Y tiene razón: Monte Maíz está ubicada a 380 kilómetros de Córdoba; a 200, de Rosario y a 500, de Buenos Aires; sus proveedores más cercanos están a 50 kilómetros. Pese a todo, ensamblan 4.000 modelos diferentes de sembradoras. A los trabajadores los buscan en ómnibus desde localidades vecinas, como a los escolares, porque “no hay casas para alquilar” en esa población del sudeste cordobés.
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Junto a Luis Macario, presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, también un hombre del interior, compartió el programa de Los Turello para evaluar los buenos números del campo. Más allá de la bonanza cíclica, ambos entrevistados advirtieron sobre la presión impositiva y demás costos que atentan contra el margen de los productores y fabricantes. Repasemos sus principales definiciones.
Logística. «Estamos en una zona núcleo, pero nuestros proveedores están a 50 kilómetros y los costos de logística son muy importantes».
El «boom»: «Estamos en una actividad muy volátil, en la que nos influyen el clima, el precio de los granos y la política económica. En 2008 (conflicto del campo con Cristina Kirchner), tuvimos una crisis muy importante. El peor año fue 2015, cuando en julio llegamos a vender una sola sembradora. Llegamos a tener 280 personas; actualmente hay 400 empleados. Al día siguiente de las elecciones (que ganó Mauricio Macri), el hombre de campo se dio cuenta de que su futuro era distinto, y empezó a reponer lo que no había comprado en años anteriores. El cambio se nota desde diciembre de 2015. En 2017, estamos vendiendo 500 unidades, 20% más que en 2016, que fue un muy buen año. Si contamos por módulos, son 700 sembradoras».
El reclamo: «Nuestro sector tiene un problema con el ‘IVA técnico’; compramos nuestros insumos al 21% y vendemos con el 10,5% de IVA. Tenemos un saldo de ‘IVA técnico’ millonario, que no podemos descontar de los gastos de comercialización. Tenemos un activo irreal. Pedimos que el Congreso nos ponga una única alícuota».
La tecnología. «Son incomparables las máquinas de tres años atrás con las de ahora. Se programa vía satelital, se siembra vía satelital, por supuesto con un operador en el campo. Se puede marcar la siembra de un metro por un metro. Tenemos problemas para conseguir personal capacitado. Tenemos cuatro brazos robóticos y el Banco Nación nos acaba de aprobar (un crédito) para los cortes con láser en la línea de producción».
Qué cambió: «Desde diciembre de 2015, hay un cambio sustancial con la política agropecuaria, con la eliminación de las retenciones, la liberación del tipo de cambio y la eliminación de los ROE, todo lo cual generó un clima de optimismo”.
Cosecha récord: «Este año la cosecha récord estará arriba de los 120 millones de toneladas. Esto no significa que todos los problemas están solucionados. Las medidas no fueron un estímulo, sino sacarle el pie del encima al productor. Hay que terminar con el mito de las retenciones. Con retenciones, producíamos alrededor de 10 millones de toneladas de trigo; sin retenciones, hemos producido 18 millones. Se recaudó más y hubo más ingresos de divisas.
La próxima cosecha: «El entusiasmo sigue estando; el trigo tuvo una performance bastante buena, y soy optimista con respecto al futuro. Hoy, los números le dan mejor al maíz que a la soja, pero también es cierto que la soja tendrá una progresiva reducción de las retenciones (0,5% mensual desde enero de 2018)».
Arancel de EE.UU. al biodiésel: «Es muy grave, es una medida unilateral, con aranceles de importación desorbitantes, con el propósito de dejar afuera al biodiésel de la Argentina. Es una resolución muy injusta. No es real que la Argentina esté vendiendo con dumping (por debajo de los costos internos). Esto ya se planteó con la Comunidad Económica Europea, pero los fallos de la Organización Mundial de Comercio favorecieron a la Argentina. Llama la atención que estos países, cuando se encuentran con una industria competitiva, coloquen un arancel de importación».
Otra revolución industrial. «Estamos viviendo una verdadera revolución, como fue en su momento la Revolución Industrial. Estamos dentro de esta ola de cambio. Sería bueno que los argentinos dejemos de hablar de pasado y tengamos una mirada hacia adelante. Hay que dar vuelta la página, mirar hacia adelante, mirar qué está pasando en el mundo e imitar a los que le está yendo mejor».