Por Juan Turello. Domingo Cavallo, junto a un grupo de economistas y técnicos, le dio proyección y trascendencia nacional a Fundación Mediterránea, que este lunes cumplió 43 años. Hoy es presidida por María Pía Astori, hija de Piero Astori, uno de sus fundadores y principal impulsor, junto a Fulvio Pagani, Piero Venturi y José Ignacio Castro Garayzabal, entre otros.

En el acto recordatorio, Cavallo usó unos 100 minutos para defender lo realizado como ministro de Economía entre 1991 y 1996 y en 2001. Se manifestó “desencantado” y “desesperanzado” con la presidencia de Alberto Fernández y en una decena de ocasiones pidió no volver al plan de Eduardo Duhalde y José Ignacio De Mendiguren, que aplicaron a partir de 2002, tras la caída de Fernando De la Rúa. Duhalde actúa hoy como consejero presidencial y De Mendiguren, quien escuchó parte de su exposición, preside el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). 

Al comienzo del acto recordatorio, moderado por Myriam Martínez, tuvo una palabras alusivas María Pía Astori y se pasó un emotivo video con definiciones e imágenes de quienes forjaron la entidad y de quienes desarrollaron el instituto económico (IERAL), que presidió Cavallo en sus comienzos, y luego le sucedieron sucesivamente Carlos Sánchez, Nadin Argañaraz y Marcelo Capello.

La convocatoria reunió a unos 600 asistentes en el momento de mayor audiencia, entre quienes se contaron los ministros cordobeses Osvaldo Giordano (fue funcionario de Cavallo) y Laura Jure; Diego Casali, titular de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender; José Urtubey, vice de la UIA; Cristiano Rattazzi, Sebastián Bagó, Santiago Soldati, Diego Guelar, ex embajador en China; Candelaria de la Sota, Mariana Caserio y Héctor Baldassi, entre otros.

Las crisis y lo que vendrá 

¿Crisis como en 2001? “Ésta no es una crisis como la de 2001. Hay un solo tema en el que las crisis de 2001 y 2020 se parecen: ambas se produjeron por la interrupción repentina en el flujo de capitales. La crisis de 2001 fue precedida por una crisis de recesión con deflación; la de 2020 fue precedida por ocho años de estanflación, y con recesión en los dos últimos dos años. La crisis actual se emparenta con la de 1988, que fue precedida por 15 años de estanflación”. Más adelante, insistió: “Por el renacimiento de esas viejas ideas, desde 2002 en adelante, se echó todo por la borda. Hoy, estamos como antes de 1990”.

Otra diferencia: “Es el estado de la capacidad productiva. Previo a 2001, había mucha capacidad productiva y de inversiones. En 2020, hay muchos cuellos de botella en la estructura productiva; las inversiones precedentes fueron escasas e ineficientes, por caso las del Estado”.

Parecidas, pero distintas. “Estamos en dos situaciones absolutamente distintas. No hay ahorro en el sistema financiero argentino. Antes había deflación; ahora, hay inflación alta. No hay mecanismo más promotor de la pobreza, que la inflación. La inflación es un ‘robo serial’ de unos a otros, en especial de los que tienen posibilidades de fijar sus precios”.

¿Una solución para el futuro? “Hay que poner en marcha el ideario y el resultado de la investigación de Fundación Mediterránea. Adolfo Sturzenegger tuvo en su momento una definición brillante: ‘La economía de la Argentina es la peor combinación de un socialismo sin plan, y de un capitalismo sin mercado”.

¿Cómo se sale? “No con las ideas que predominaron hasta 1990, que desorganizaron la economía, y que la volvieron a desorganizar desde 2002 en adelante. Se necesita una importante acción política por parte de un líder político. No tengo confianza en el liderazgo de Alberto Fernández; ojalá que se dé cuenta que no va encontrar soluciones consultando a Duhalde o a De Mendiguren”.

¿Cómo se sale II? “Será muy difícil salir del laberinto en que estamos metido… si no se encara una buena solución, vamos a seguir con estanflación, con inflación cada vez más alta. Entre 1975-1900, tuvimos 15 años de estanflación y terminamos con hiperinflación. En 2023 podemos estar en una situación no muy diferente a la que estamos hoy”.

«Es difícil salir del laberinto en que está la Argentina. No va a salir si sigue el ideario de Duhalde y de De Mendiguren. Córdoba puede hacer una propuesta importante». 

Deuda. «Espero que se llegue a un acuerdo por la deuda. Es una buena propuesta. Si no se llega a un acuerdo, cualquier salida será mucho más difícil. Argentina no va a conseguir créditos por mucho tiempo. Hay que movilizar los ahorros que tenemos los argentinos, que no están en el país. Hay que crear confianza para que ese ahorro se invierta en el país. Con una definición de reglas de juego bien explicadas a la gente».

Mercado financiero libre. «Sin eliminar los controles de cambio, tendría que permitir que funcione un mercado financiero libre, con transacciones en dólares. El Gobierno no lo hace por una cuestión ideológica; cree que va a poder controlar el mercado oficial y todo tipo de transacciones. Así, los pocos dólares que están en la Argentina terminen por irse para no estar sujeto a esos controles. Es una vía para ir facilitando el funcionamiento del sector privado»

¿Cómo conocí a Alberto Fernández? Lo conocí cuando venía al Ministerio de Economía con (Néstor) Kirchner. En 2000, cuando fui candidato a jefe de Gobierno, él, Valdez, Argüello, Vitobello, traían el apoyo de Duhalde y de Kirchner para mi lista, y fue candidato. Así entró a la Legislatura (de la Ciudad de Buenos Aires). Luego, fue funcionario bajo la órbita de Carlos Sánchez. Tenía una muy buena impresión de Alberto Fernández, en especial cuando salió del gobierno de Cristina Kirchner y salía a criticarla. Hay miles de videos que dan cuenta de esa crítica. Cuando Cristina Kirchner lo eligió a él como candidato a Presidente, logró sumar 15% a los votos de ella. Ahora, estoy totalmente desilusionado con Alberto Fernández; me había hecho ilusiones, pero son decepcionantes los elogios en la conferencia con Lula a otros líderes, como Chávez, Evo Morales y Correa, y a los Moyano. Estoy totalmente desilusionado y desesperanzado”.

¿Stiglitz y la deuda? «Joseph Stiglitz ganó el Nobel por un trabajo sobre las asimetrías en los mercados de capitales. Luego, se puso a opinar de todo, con un tono ideológico. Tiene un enfrentamiento visceral con el sistema financiero y los mercados de capitales. Sus ideas son correctas, porque creo que hay abusos. Eso no significa que un país como la Argentina, con tantos defaults en su historia, pueda dar una batalla para cambiar la forma de operar del sistema financiero global (como él sugiere). No me pareció apropiado usar la figura de Stiglitz como asesor intelectual en una cuestión como la deuda argentina. Creo, de todos modos, que habrá un acuerdo por la deuda, aunque la tasa de salida -10 por ciento- es muy alta para la Argentina”.

El aporte de Córdoba 

“Córdoba podría transformarse en la solución de los problemas argentinos, con un trabajo conjunto de todos los economistas que hay en la provincia, y con el aporte de Guillermo Mondino y Joaquín Cottani, todos los cuales podrían llevar a cabo una tarea con la efectividad de aquellos años. Una tarea profesional, muy seria. Córdoba tiene las condiciones para hacer una gran contribución a la Argentina, con propuestas de reformas económicas, con políticas sanas, integradas al mundo, inspiradas en los principios fundacionales de Fundación Mediterránea”.