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Por Eugenio Gimeno Balaguer. En mi adolescencia era común encontrar iniciales. Todos sabíamos que si estaban referidas a una actriz de moda, CC era sin dudas Claudia Cardinale, BB era para todo el mundo Brigitte Bardot. En 1970, para empresas y organismos; hoy CC significa cerebro y coomputadora.
Además de las modelos, las iniciales duplicadas identificaron -a partir de la década de 1970- a empresas y tendencias. Algunos ejemplos: AA (American Airlines); BB (bed and breakfast); DD (diseño y decoración); HH (hip hop).
El caso es que hoy CC se asocia a Cerebro y Computadora.
A fines de la década mencionada, un grupo de 20 expertos de la Rand Corporation realizó un estudio acerca de las posibilidades de la ciencia humana futura. Éstos establecieron un calendario posible de grandes descubrimientos y dieron -partir de discusiones, análisis e interrogaciones mutuas- fechas probables para su realización. En general, daban tres fechas: una más temprana, una media estimada y una más tardía que podía ser nunca.
El resumen de sus predicciones en el tema que nos ocupa fue el siguiente:
Luego de las últimas noticias que aluden a una interacción creciente entre computadora y cerebro, cabe preguntarse: ¿qué pasará con nuestro cerebro? ¿Qué pasará con nosotros? ¿Cómo seremos en pocos años más? ¿Cómo se tomarán las decisiones?