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Por Juan Turello. Alberto Fernández ya está en Europa para sendos encuentros con cuatro líderes locales y el Papa Francisco. La expedtativa es que éstos le devuelvan cierto protagonismo y lo alejen del cóctel de problemas que lo acosa a diario en la Argentina, señala mi nota en La Voz. ¿Servirán para postergar el pago con el Club de París (el 28 de mayo vencen 2.400 millones de dólares) y para destrabar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)?
La misma gira ya fue realizada semanas atrás el ministro de Economía, Martín Guzmán, en la que obtuvo las respuestas que ahora escuchará el presidente.
Es una travesía política, que intenta recuperar la imagen de un mandatario cuya aprobación cayó a entre 30 y 35%. Es el núcleo duro que sigue a Cristina Kirchner, la principal jugadora del poder.
Las palabras y los gestos de Alberto Fernández han perdido peso. No pudo desplazar al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, cuya remoción fue pedida por Guzmán y avalada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Ahora, Guzmán soporta el fuego amigo de La Cámpora, que ya decidió reemplazarlo, aunque se tomará su tiempo para ejecutarlo.
El kirchnerismo avanzó en el Senado en marcarle la cancha. Quiere que los 4.350 millones de dólares que recibirá la Argentina en agosto de derecho especiales de giro (DEG) del FMI, sean usados para alentar el consumo y no para pagar la deuda con el organismo.
Los DEG no se pueden monetizar, por lo que para empujar el consumo no habrá otra alternativa que la emisión. Las ayudas anunciadas ayer van en esa dirección. ¿Nafta al fuego?
Por ahora, los seguidores de Cristina Kirchner archivaron el discurso antipatria que les provocaba el nombre del FMI, que les advirtió que su “socio en las discusiones” sigue siendo el ministro de Economía.
El precio del gas natural, que aumentaría 9% y no de forma escalonada -por sector social- hasta el 35%, como pretendía Guzmán, es un problema energético y también fiscal, por ende, de la macroeconomía.
La energía es hoy el principal bien con que funciona una sociedad. Según Gustavo Lopetegui, un enamorado del Excel en tiempos de Mauricio Macri, la Argentina había recuperado en 2018 el autoabastecimiento perdido durante la última gestión de Cristina Kircher.
Ahora, volvió el buque regasificador a Bahía Blanca y habrá que pagar en dólares el gas que falta. Los subsidios a la energía en el Presupuesto 2021 alcanzan a 625 mil millones de pesos. Serán insuficientes.
La falta del combustible -necesario también para las centrales termoeléctricas- se convierte en un problema fiscal y, por ende, de la macroeconomía.
La inflación rondó en abril el 4%. El ajuste es sobre los asalariados y los jubilados, que tolera el peronismo luego de provocar cientos de marchas bajo el eslogan “con los viejos no” y por aumentos de sueldos.
Matías Kulfas, ministro de la Producción, ponderó la recuperación de la industria y de la construcción en marzo y en abril, aunque tal comparación se hizo contra meses en que la inactividad fue casi total. En abril de 2020, por caso, no se produjeron autos.
El Instituto de Economía de la Bolsa de Comercio de Córdoba advierte que “no se trata de una recuperación sino de un amesetamiento”, que podría mostrar peores números en los próximos meses por las restricciones de la segunda ola.
Y señala ejemplos: las ventas minoristas crecieron 40,8% en abril sobre igual mes de 2020, pero están 20% por debajo de las de 2019. La construcción cayó 0,5% en marzo contra febrero y también retrocedió la industria automotriz.
Se crearon 20 mil empleos en la industria en febrero, pero en los últimos 12 meses se perdieron 155 mil posiciones formales, según registros del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Más allá de la gira europea, Alberto Fernández necesita recuperar la confianza de los inversores y de los consumidores para empezar a solucionar el cóctel de problemas que provocan el aumento de la inflación, la pérdida real del salario y de las jubilaciones, un déficit financiado con emisión, el estancamiento.
Tendrá una semana de sosiego para evaluar las soluciones.