Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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El Gobierno nacional y la oposición están sumergidos en una pelea verbal sobre si la Argentina caerá o no en default. Mientras, los argentinos se preguntan cómo repercutirá en su vida cotidiana la no liquidación a los tenedores de bonos de deuda canjeados en 2005 y 2010 y el no pago a los fondos buitres.
Aquí, cómo impactará sobre el dólar, los créditos y el empleo el casi seguro default.
Las respuestas fueron brindadas en la reunión de Fundación Mediterránea, en la que se efectuó la presentación del Foro de Convergencia Empresarial, que reúne a 47 entidades de todo el país.
● Miguel Blanco (IDEA): ❝En primer lugar, debe ser cumplido el fallo (del juez Thomas Griesa) en la sede judicial que elegimos. Hay que negociar con dureza, abriendo la participación al resto de los partidos políticos. Se va a complicar el crédito externo. El financiero va a desaparecer. La falta de inversión va a complicar la generación de nuevos puestos de trabajo. Ergo, las consecuencias serán económicas y sociales. A los argentinos les gusta las actitudes heroicas pero no las consecuencias❞.
● Claudio Cesario (ABA, bancos de capital extranjero): ❝Estamos en el tercer minuto del alargue y nos dieron cuatro. El default hará subir las tasas, la inflación y el dólar. El consumo va a estar complicado; también se va complicar el comercio internacional por el lado de la prefinanciación de exportaciones y la financiación de importaciones. La brecha entre el dólar oficial y el paralelo se va ampliar❞.
● Martín Amengual (presidente de Fundación Mediterránea): ❝Hay una deuda inmoral, dados los recursos humanos y materiales que tenemos. En 1970, había 650 mil pobres en la Argentina; en 2000, llegamos a 11,5 millones y, luego de la década de la inclusión, aún tenemos una enorme cantidad de pobres. Las peores consecuencias de esta situación son sociales y económicas, que es la pérdida del capital humano. Muchos de ellos asumen una actitud pasiva, cuándo no rayana en la delincuencia. Si generáramos ocho millones de puestos de trabajo formales, las cuentas públicas cambiarían radicalmente. No harían faltas impuestos al cheque, Ingresos Brutos, ni retenciones al agro. Llevar de 7 millones a 15 millones los puestos de trabajo formales es lo que tienen Chile y Australia. Se ahorrarían subsidios, que permitirían construir la infraestructura necesaria. ¿Cómo crearíamos esos puestos? Con mayores exportaciones, la construcción de viviendas y el desarrollo del agro. La solución está ahí❞.