Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Cristina Kirchner volvió a usar anoche la cadena nacional para simples anuncios de gestión. El verdadero objetivo de su intervención fue plantear otra agenda y colocar en un segundo plano las advertencias de opositores y economistas que al Argentina se encamina a un crac económico.
La Presidenta habló el mismo día en que la ONU le dio la razón a la Argentina para los futuros canjes de deuda de los países, ya que un grupo minoritario no puede poner en riesgo todo el cambio de deuda en default. No alcanza al actual conflicto con los fondos buitre.
El caso más típico es el planteado por los fondos NML Capital y Elliot Management que –con sus demandas avaladas por la Justicia norteamericana- colocaron en default a casi el 93% de la deuda argentina reestructurada en 2005 y 2010. La recomendación de la ONU servirá para futuros canjes; para el actual, ya hay sentencia firme en Estados Unidos, avalada por la Corte Suprema de ese país.
Cristina Kirchner anunció la promulgación de la moratoria previsional para quienes no pudieron completar aportes desde 1993 en adelante, dos nuevos sorteos del plan Procrear y la construcción «de la torre más alta de Latinoamérica» en la isla Demarchi, donde se desarrollará un polo audiovisual.
Mientras, la apetencia de los argentinos por el dólar no cede pese a los supuestos envíos de China para reforzar las reservas hacia fin de año.
El dólar blue cerró a 14,25 pesos, mientras fue récord el “contado con liqui”, que permite sacar divisas del país (se compran bonos que se liquidan en dólares en el exterior) alcanzó el récord de $ 13,32.
El gobernador José Manuel de la Sota advirtió en Río Cuarto sobre un posible “crac económico”, mientras otros dirigentes han señalado la posibilidad de un “diciembre caliente”.
Desde la consultora Abeceb.com, la economista Soledad Pérez Duhalde sostiene que la mayor emisión por parte del Gobierno para sostener el déficit fiscal alienta la demanda. Sin embargo, ésta no es atendida por las restricciones a las importaciones y por la falta de inversiones en el plano interno, por lo que esa mayor cantidad de pesos alimenta la inflación y el refugio en el dólar por parte de los argentinos.