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Por Ramiro Sosa Navarro y Leonardo Faner. De manera muy simplificada, la cadena del gas está compuesta por: las empresas que lo extraen, las transportadoras, las distribuidoras y por último los residentes. El gobierno subsidia el consumo de gas por dos vías:
● Por la oferta: subsidiando el precio que cobran las empresas que lo extraen en boca de pozo.
● Por la demanda: haciéndose cargo de parte del precio del gas importado en la boleta final de los consumidores.
Los anuncios de reducción de subsidios en tres etapas (abril, junio y agosto) se focalizan en la primera vía ya que el gas importado seguirá subsidiado.
El aumento de las tarifas será significativo en todo el país. En el caso de Córdoba, se multiplicará por 3 para el rango más bajo de consumo, y hasta por 7 para los hogares que más utilicen este combustible. Sin embargo, este no será el aumento total en la factura, ya que la misma tiene otros componentes que hacen que el impacto en el monto a pagar sea menor. La factura total después de agosto será el doble para las residencias de menor consumo y se encarecerá casi 3,5 veces más para quienes más consumen.
Aún así cabe destacar que aquellos usuarios que logren un ahorro de 20% en su consumo, respecto del mismo bimestre que el año anterior, se les mantendrá el subsidio por lo tanto quedará inalterada la tarifa y su factura. Si el usuario logra un ahorro de entre 5% y el 20%, también tendrá beneficios siendo la quita sólo parcial.
Como conclusión, pueden destacarse dos efectos que generará esta corrección tarifaria:
● Por un lado, si bien la quita de subsidios ayudará a moderar el déficit fiscal, su magnitud es muy pequeña (un escaso 0,3% del PBI) como para reducir sustancialmente la necesidad de financiamiento monetario del Gobierno, y, con ello, la inflación.
● Por el otro, esta medida afecta aún más el poder de compra de los consumidores en un año que se está caracterizando por la caída en la actividad económica y las suspensiones en numerosos puestos de trabajo. En este sentido, el impacto de la quita de subsidios profundizaría el ciclo recesivo en el que la economía argentina parecería haber entrado.