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Por Juan Turello. Un terremoto político y económico sacudió a la Argentina, tras las elecciones primarias La evaluación de los daños que provocó aún es incompleta, aunque ya son visibles los primeros efectos.
La dirigencia política, las corporaciones y los encuestadores no supieron ver un fenómeno que se incubó en la sociedad a partir del fracaso en la economía de las dos últimas gestiones, señala mi nota en La Voz.
Fuerte suba del dólar; aumento en los combustibles y alimentos y operaciones canceladas en los principales rubros de la actividad. Repasemos.
El oficialismo y Juntos por el Cambio reaccionaron al triunfo de Javier Milei descalificando su figura y sus propuestas, pero van detrás de la agenda que plantea el líder de La Libertad Avanza.
Argentina se debe un debate profundo sobre cuánto el Estado requiere para su organización y cómo financia cada gasto o proyecto.
Sergio Massa y Patricia Bullrich carecen, por ahora, de ideas que resulten atractivas para una sociedad angustiada y sumida en la incertidumbre.
Estamos discutiendo sobre el Estado, sin ingresar aún al debate sobre la adecuación de la producción a los cambios tecnológicos que se están produciendo en el mundo.
Massa usó su reconocida habilidad para el relato público cuando culpó al Fondo Monetario Internacional (FMI) de la devaluación, que llevó el dólar oficial a 350 pesos, 22,4% más caro.
El ministro-candidato debió hundir al peso porque carecía de dólares en el Banco Central para pagar importaciones y servicios. El país estaba (¿está?) al borde de la parálisis productiva.
El miércoles próximo, Massa firmará una nueva adenda al acuerdo con el Fondo. ¿Se conocerá el verdadero compromiso asumido sobre el recorte de gastos y otras medidas políticamente incorrectas, más allá del discurso tribunero del ministro?
El dólar blue se disparó a precios récord; los combustibles aumentaron 12,5%; el transporte público en Córdoba, 21%; el servicio de taxis y remises, 32% y la compra en el supermercado, 10% (más de 11 mil pesos) en sólo una quincena.
Al alza en los precios, se agrega el parate en las operaciones en el comercio de automóviles, de repuestos, de productos electrónicos y de corralones.
El listado individual incluye al pan, con un alza de 20%; de las carnes (de cerdo, 22%; de vaca, 40% y de pollo, 60%), además de los medicamentos claves para el cuidado de la salud.
Clínicas, sanatorios y bioquímicos lanzaron su alerta por la falta de insumos, que complicaría operaciones programadas y el tratamiento de enfermedades crónicas.
La promesa del ministro-candidato en las tribunas gremiales de recuperar el salario real choca con la realidad.
Los salarios públicos, las jubilaciones y los planes sociales fueron la variable de ajuste para cumplir las metas de déficit con el FMI, ya que la inflación está por encima de las actualizaciones vía paritarias o de los anuncios de la Anses.
Cada familia y cada empresa está haciendo su propio balance de los daños causados por el terremoto.
Aun así el objetivo de reducir el déficit primario de la administración pública al 1,9 del producto interno bruto (PIB) es incumplible, como advierten economistas y consultoras.
La devaluación inconsistente del peso se llevó adelante sin un plan económico, que incluya recortes en el gasto público, cese de la emisión y una política monetaria y cambiaria coherentes.
Cuando un terremoto tiene epicentro en los mares, suele provocar grandes olas, algunas de las cuales aún no llegaron a las orillas de la economía cotidiana.