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Por Juan Turello. Alberto Fernández cumplirá este lunes dos meses de una gestión frenética, que le reportó amplios apoyos políticos para reestructurar la deuda, aunque el balance muestra una profundización de la grieta.
La sociedad está aún más dividida con respecto al 10 de diciembre de 2019, por el regreso de “indultados” por la actual administración sobre hechos de corrupción (Aníbal Fernández, Ricardo Echegaray, empresarios, procesados en funciones claves). No volvieron los mejores, señala mi nota en La Voz.
La decisión de apurar la legalización del aborto provocará otra fuerte división, pese a la necesidad de unidad para resolver la crisis económica-social que dejó la administración de Mauricio Macri. “Es un frente innecesario en este momento, y luego del apoyo del Papa”, admitió un funcionario con años en la gestión pública. Repasemos estos datos y la marcha de la economía.
Alberto Fernández recibió un guiño del papa Francisco para obtener mejores condiciones de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “No se puede pretender que sea pagada con sacrificios insoportables”, dijo ante la titular del FMI, Kristalina Georgieva, con el aplauso del ministro Martín Guzmán.
Fernández recogió también el apoyo de Italia, de Alemania, de España y de Francia para renegociar las obligaciones con el Club de París, que concentra acreencias de gobiernos y organismos oficiales.
Hasta Donald Trump prometió apoyo. Esta opinión es clave para cualquier decisión del Fondo.
Pero el problema no está ahí, sino en los acreedores privados que ya se mostraron inflexibles ante el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien pagó la totalidad de una cuota de 250 millones de dólares. Tampoco son proclives a los ensayos de Martín Guzmán para “reperfilar” títulos en pesos.
El error de Alberto Fernández sería creer que el apoyo político de los gobiernos le permitiría avanzar en un default con los acreedores privados.
El error de Alberto Fernández sería creer que el apoyo político de los gobiernos le permitiría avanzar en un default con acreedores privados. Si estos cierran el grifo, la Argentina se estremecerá en la provisión de insumos y en el comercio internacional.
Un botón de muestra: una de las automotrices líderes decidió a fines de 2015 no enviar más autos desde Brasil hasta que el gobierno de Cristina Kirchner permitiera el pago de 700 millones de dólares. En el país, tres de cada cuatro autos de mayor venta son importados.
¿El “plan secreto” de Fernández-Guzmán para el póker con los acreedores, esconde medidas antipopulares? Los jubilados que ganan más de 19 mil pesos están en alerta. La CGT –combativa con Macri- parece resignada a perder la cláusula gatillo.
La remuneración real mediana (de la mitad de los trabajadores formales) caía 8,3% a noviembre último en relación con la inflación. Para ese universo, la pérdida de los últimos cuatro años fue de 14,6%, según el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Mientras, pasan cosas. Cadenas regionales de supermercados de Córdoba registraron en 2019 una suba de 67,5% en los precios de los 12 mil ítems de mayor comercialización. Alimentos, bebidas y productos para el hogar tuvieron una suba de 23% sobre la inflación promedio de la economía.
“En enero tuvimos aumentos de entre cinco y 35%”, comenta Vanesa Ruiz, del Centro de Almaceneros. Supermercados y autoservicios recibieron nuevas listas para el fin de semana, con subas de entre 5 y 12% en los artículos más demandados.
Los fuertes incrementos de los impuestos municipales y de la Provincia completan el golpe al bolsillo, junto al aumento de entre 45 y 60% de la canasta escolar, según la Cámara de Comercio de Córdoba.
Las consultoras relevadas por el Banco Central prevén una inflación anual de 41,7%, tras 3,5% en enero, y 3%, en febrero.
La elevada inflación, aun con los precios congelados de los combustibles, del transporte y del dólar, es el principal desafío interno para Alberto Fernández, por encima de cualquiera nueva batalla.