Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. ¿El vaso está medio lleno o medio vacío? Depende de qué sector hablamos y qué estadística miramos para saber cómo está la economía.
Aunque parezca contradictorio, no lo es cuando, además de la realidad, la política mete la cola en los números, en especial en tiempos electorales, señala el comienzo de mi nota dominical en La Voz del Interior.
El vaso medio lleno: la construcción creció 10,4% en abril empujada por el sector petrolero. En el primer cuatrimestre, se expandió 6,4%. La edificación privada está creciendo, más allá de que aún las ventas no arrojen números positivos para todos los segmentos.
Botones de muestra: el Grupo Edisur invertirá 500 millones de pesos este año para ampliar Ciudad Manantiales a mil hectáreas, construyendo obras públicas que el municipio no puede afrontar. De los dos loteos que lanzó, el ciento por ciento del primero se agotó en una preventa. El segundo tiene reservas por 20%. La gente invierte esperando una recuperación y que los precios en pesos van a aumentar por una devaluación, razona Fernando Reyna.
El Sanatorio Allende destinará 100 millones para ampliar sus sedes. Las dos caras de una moneda: el cierre de clínicas en el interior traslada los pacientes hacia la ciudad de Córdoba, que “han desbordado a los grandes hospitales”, apunta Marcos Lozada. Los mayores espacios serán para consultorios.
1,6% cayeron las ventas por unidad en abril en todos los canales. La baja llegó al 2,5% en almacenes y autoservicios por el impacto de la inflación en los sectores populares.
El vaso medio vacío: la industria cayó 1,5% en abril en comparación con igual mes de 2014 y sumó 21 meses de caída ininterrumpida, informó el Indec. En el primer cuatrimestre, la baja es de 1,8%. Hace casi dos años que las fábricas producen menos, arrastradas por la industria automotriz, con Brasil en recesión.
El consumo a nivel nacional –medido en ventas por unidad- retrocedió 1,6% en abril en todos los canales, empujando a híper y supermercados que tuvieron un “veranito” en enero y febrero. El canal tradicional
–almacenes y autoservicios- cayó 2,5%, luego de que en 2014 perdiera 1,9%, según la consultora CCR.
El Centro de Almaceneros y Autoservicios de Córdoba ya había reconocido este fenómeno al señalar el impacto de la inflación en los bolsillos de los sectores populares.
El fenómeno se acentuó en abril y mayo por la demora en el cierre de las paritarias. El Gobierno no quiere reconocer la suba de precios fuera del esquema de Precios Cuidados, cuya distribución es escasa y limitada.
Sin palabras: más allá de si medio lleno o medio vacío, lo más preocupante es el enorme déficit que acumuló el Estado nacional en el primer trimestre. El rojo en las cuentas públicas proyecta un cierre de año con un faltante de entre 180 mil y 200 mil millones de pesos, según cálculos privados.
Para que se entienda. Ese déficit –que equivale en dólares corrientes al doble del que le dejó Menem a De la Rúa- se financia en gran parte con emisión, que alienta la inflación. De allí, la pérdida que acusan los sectores más humildes. Sin discusión.