Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. El hit del mes más caliente de la Argentina fue el de Shakira-BZR, que alude al divorcio de la cantante con Gerard Piqué. En enero, tuvo más de 64 millones de reproducciones; un éxito sin precedentes.
El divorcio, o si se quiere la grieta entre la sociedad y la dirigencia política, fue más visible en enero, señala mi nota en La Voz.
Alberto Fernández, los adláteres de Cristina Kirchner y la mayoría del peronismo se sumergieron en un injustificable intento de juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia. Para no dejar atrás sus ambiciones, también hablaron y discutieron sobre las futuras candidaturas.
La oposición no fue menos.
El divorcio de ambas fuerzas con los problemas de la sociedad es abismal. Hablan lenguajes diferentes y viven realidades paralelas.
Tres botones de muestra: al menos dos de cada tres argentinos tienen una imagen negativa del Presidente y de la vicepresidenta, y la de Mauricio Macri redondea el 50%. Y son los actores centrales de la política.
El Gobierno está acorralado por la escasez de dólares. El blue levantó temperatura y el Banco Central ya perdió más de 300 millones para calmar a los dólares financieros.
Para corregir la “inflación autoconstruida” de la sociedad, como es la nueva cantinela de Alberto Fernández y su vocera, decidieron imprimir un billete de 2.000 pesos.
Sergio Massa anunció otro programa de Precios Justos, con casi 50 mil artículos, con una suba mensual de 3,2% hasta junio próximo.
¿Cuál es la zanahoria para que casi medio millar de compañías se sumen a esta vieja receta, con fracasos ya conocidos?
La promesa es que habrá dólares para importar insumos y elaborar productos, que estarán disponibles en los principales centros de venta.
En la Legislatura, Juan Schiaretti se quejó de la discriminación que sufre el interior por la aplicación de esos cupos de dólares, muchos de los cuales terminan en las empresas amigas de los funcionarios nacionales.
Las grandes cadenas tienen sus propias ofertas, por lo que el trabajo de conseguir un producto de Precios Justos requiere de mucha paciencia.
En el interior, los ítems anunciados llegan en escasas cantidades y es imposible conseguirlos en autoservicios y almacenes.
“El anuncio forma parte de la campaña para el conurbano bonaerense”, se sinceró un dirigente del sector minorista, cansado de realizar gestiones para que los productos lleguen a Córdoba.
Juan Carlos de Pablo lo tradujo en otros términos: “Precios Justos es parte del problema, no de la solución”, al entender que las distorsiones originan una ‘inflación reprimida’, que en algún momento afectará a los consumidores.
Además, sugirió una cuenta interesante: ¿cuál fue la inflación de 2022 si se le quita la carne, que estuvo por debajo del promedio?
La suba del 20% de los últimos días es un anticipo de la futura presión sobre el índice.
Los propaladores oficiales aseguran que el crecimiento estará por encima del 2%, cifra que, medida en términos del aumento de la población, implica un virtual estancamiento.
Empresarios cordobeses son pesimistas. Creen que la incertidumbre política y económica puede conducir a un crecimiento nulo o a una recesión tras las Paso del 13 de agosto.
La Bolsa de Cereales de Córdoba estima que unas 660 mil hectáreas de los cultivos de verano (principalmente soja y maíz, además de sorgo, maní y girasol) se perdieron por la falta de lluvias.
Las medidas anunciadas por Massa el miércoles último para mitigar la sequía tienen “gusto a poco”, según productores y miembros de la cadena agroindustrial.
Dejar de lado el divorcio entre la dirigencia política y la sociedad debería ser el primer paso para encontrar soluciones que permitan imaginar un mejor año.
El riesgo es que esa grieta aliente aventuras mesiánicas.