Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. El dólar se mueve. Desde que en 1981, el entonces ministro de Economía, Lorenzo Sigaut, lanzara la frase “el que apuesta al dólar pierde”, los argentinos han comprobado que lo que sucede en la economía local es exactamente al revés, señala mi nota en La Voz.
La incertidumbre en torno de las primarias del 11 de agosto y de lo que sobrevendrá en política económica, hicieron el resto durante la semana, aunque el viernes tuvo una leve baja. Las preguntas sin respuestas certeras son demasiadas para que inversores y familias confíen en el peso, pese a que la tasa de los plazos fijos –entre 45 y 50% anual- supera a una inflación de 30% que espera para los próximos 12 meses la mitad de la población, según la encuesta de la Universidad Torcuato Di Tella.
El dólar se mueve, pero no habrá una corrida como pronosticaban los economistas kirchneristas hace dos meses, hoy concentrados en vocear una catástrofe si Mauricio Macri consigue la reelección.
Estos predicadores surgen del núcleo duro de Cristina Fernández. No son los que asesoran a Alberto Fernández, quien prefiere las promesas encantadoras –por caso, remedios gratis a todos los jubilados-, aunque sin justificar con claridad de dónde saldrán los 19 mil millones de pesos anuales que demanda esa cobertura.
La sociedad aún no asimiló por qué las cuentas públicas deben tener déficit cero. Otra vez, el Gobierno no lo explicó ni lo comunicó bien.
El 15 de julio último el dólar minorista llegó a tocar los 42,90 pesos. El viernes 26, cerró a 44,50 pesos, una suba de 3,6% en dos semanas.
El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, advirtió que la entidad tiene –a través de distintos instrumentos financieros y cambiarios- un poder de fuego de 16 mil millones de dólares para desalentar la clásica dolarización de carteras de los períodos preelectorales.
En junio, el superávit comercial aportó 1.061 millones de dólares, que permitió a la Argentina atesorar 9.409 millones en el primer semestre.
Con la artillería disponible del Banco Central (U$S16 mil millones) y la tasa de las Leliq con un piso de 58%, no habrá corridas hasta las Paso.
Luego, una corrida podría suceder sólo con un resultado catastrófico del oficialismo. Las encuestas previas no anticipan ese escenario.
Faltan tres meses para la primera vuelta presidencial, pero el calendario se trastocó a partir de una polarización que alcanzaría al 80% del electorado, según encuestas.
De darse esta alternativa, la elección podría resolverse en la primera vuelta presidencial si alguna de las fórmulas alcanza el 45% de los votos válidos afirmativos. Cualquiera sea la diferencia con los otros binomios, quedará consagrada, como lo establece el artículo 98 de la Constitución Nacional.
El primer brote verde luego de 12 meses de caída lo aportaron, en mayo, el campo –que creció casi 50% – y los sectores de la energía y del transporte.
Volvamos a la economía. El primer brote verde luego de 12 meses de caída lo aportaron el campo –que creció casi 50% – y los sectores de la energía y del transporte.
La actividad creció 2,6% en mayo en la comparación interanual y 0,2% sobre abril último. Los restantes sectores siguieron en baja. Esto explica el retroceso del empleo formal, que volvió a caer en junio. En relación con un año atrás, hay 217 mil puestos formales menos. La buena noticia es que las expectativas netas de generación de empleo superan en 1,2 puntos porcentuales a las que no prevén un aumento de la dotación en el trimestre agosto-octubre, de acuerdo con la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación.
En el primer semestre, el consumo retrocedió 8% en relación con igual período de 2018, según las consultoras que miden lo que sucede en las góndolas.
La lenta reacción del comercio y la disminución del ritmo de obra pública explican por qué la recuperación aún no se percibe en los grandes centros urbanos, en especial en el decisivo distrito que conforma el conurbano bonaerense.
Los 90 días que faltan para la primera vuelta parecen una eternidad para la política y la economía.