Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. El plan del Gobierno recibe elogios desde el exterior. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el rey de España y Mario Vargas Llosa –por citar los más recientes- consideran que el país “está en la dirección correcta” para su economía. Pero la mayoría rechaza el plan, al que asocia con un ajuste impiadoso.
Los mercados financieros le bajaron el pulgar a la Argentina hace un año. Para ellos, los desequilibrios en las cuentas públicas de la Nación, las provincias y los municipios exigen un fuerte ajuste fiscal que la clase política no se anima a respaldar. Veamos cómo está la economía en esta coyuntura.
El equipo de Mauricio Macri no se lo explicó con claridad a la sociedad. Prefiere usar medias palabras para no decir con crudeza que el acuerdo con el FMI es el único viable para no caer en la hiperinflación; que el ajuste se mantendrá este año y es posible que en 2020 los recursos del Gobierno sigan siendo escasos. La actividad privada podría recuperarse.
El Gobierno no habla con claridad, con el mismo temor que evitó hablar del ajuste que era necesario instrumentar por la herencia que dejaba el kirchnerismo.
Son más claros y directos los economistas Florencia Costantino y Lucas Navarro, cuando advierten que corregir el déficit exigirá reducir el gasto público en los tres niveles del Estado; mantener el recorte en los subsidios económicos, que beneficiaban más a los sectores altos que a los del último escalón; y afrontar el desafío de financiar con recursos locales los vencimientos de la deuda.
Argentina no sólo tiene un Estado enorme, que no puede financiar con recursos genuinos, sino que consume más dólares de los que produce (déficit de la cuenta corriente).
El consumo retrocedió 6% en el primer trimestre, estima Juan Manuel Primbas, de Kantar World Panel.
Ejemplos: el comercio minorista de la ciudad de Córdoba cayó 14% en volumen en marzo, con lo que completó 14 meses con ventas negativas, según la Cámara de Comercio. La baja en las ventas de automóviles nuevos y usados anticipa un replanteo a nivel de las concesionarias. El primer paso se verificó esta semana con la desaparición de una de las marcas más emblemáticas, Naum Citroën.
Las expectativas pueden comenzar a mejorar desde este trimestre por la recolección de una cosecha que podría llegar a los 140 millones de toneladas, con su impacto positivo en todos los niveles.
La industria y la construcción mejoraron en enero y febrero con respecto a los meses precedentes en términos desestacionalizados, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Alladio, la principal fábrica de lavarropas y de lavavajillas de Córdoba afirma que la leve recuperación incluye a todo el primer trimestre.
La oposición no tiene una receta uniforme sobre cómo la economía puede salir de la recesión. Ya colisionaron Sergio Massa y Roberto Lavagna .
Los más drásticos proponen echar al FMI, que es la única ventanilla de crédito para la Argentina. Sin esos dólares, el país no podría contener una corrida cambiaria, que dispararía una hiperinflación en un clima social agitado. El director del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay, Jesko Hentschel, descarta ese escenario.
Lo que está claro es que la agenda poselección estará marcada por el debate sobre la reforma previsional (la mitad de los beneficiarios de los últimos años proviene de moratorias), la política de subsidios (con la energía en el centro del debate), el ajuste en el sector público y el pago de la deuda.
Otra muestra de botón: la oposición quiere congelar las tarifas públicas, pero el esquema anterior beneficiaba a los porteños y habitantes del conurbano bonaerense en desmedro del resto del país.
Aunque los temas ya están en debate, para su solución -de aquí a diciembre- suena a una eternidad.