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Al asumir, el Gobierno nacional se negó a hablar de la herencia, pero seis meses después terminó publicando una síntesis en el libro “El estado del Estado”. Ahora, no quiere hablar del “ajuste”, pero se trata de eso, lo cual aparece como imprescindible para corregir los desaciertos del kirchnerismo. Un repaso de las variables que acusan números negativos.
¿Era necesario el ajuste? El déficit fiscal era impresionante: cada 100 pesos que producía la economía, el Estado tenía un rojo de 7 pesos. No había créditos externos y todas las “cajas” (agro, jubilaciones, petróleo) se habían gastado.
Sólo quedaba darle a la maquinita de imprimir billetes, con lo cual la inflación seguiría en aumento, caería aún más la producción y la situación podría parecerse –en el corto o mediano plazo- a Venezuela. Todos los fines de semana, miles de venezolanos cruzan a Colombia para buscar alimentos y medicamentos.
Los errores en el manejo de la economía por parte del kirchnerismo no esconden que el gobierno de Mauricio Macri aplicó un ajuste para ordenar las variables. Por ahora, se observa la cara más dolorosa.
La economía caería este año 1,5% en relación con 2015, anticipa el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para 2017, mejoraría con un crecimiento cercano al 3%. El Banco Central reconoció que la actividad cayó en el segundo trimestre 0,9%.
El índice industrial de Orlando Ferreres mostró un retroceso de 3,9% en junio, con un acumulado de 0,8% en el primer semestre. La actividad en general retrocedió 3,1%.
La UOM Córdoba denunció que hay dos mil operarios suspendidos en el sector metalmecánico, en el que se habrían producido “despidos hormigas”, según las demandas de abogados laboralistas.
El Índice de Demanda Laboral del CPCE de Córdoba cayó 41,3% en junio, una de las bajas más fuertes en el año en cuanto a pedidos de trabajadores.
Las ventas en 120 supermercados de Córdoba aumentaron 21,9% en mayo en comparación con un año atrás, pero en ese período la inflación fue de 39,4%. Las ventas reales cayeron. Las consultoras nacionales CCR y Kantar Worldpanel prevén una caída del consumo de entre 2 y 3% para este año.
La apuesta sigue siendo la recuperación a través del campo y de la obra pública, aunque ésta tarda en ponerse en marcha. Las inversiones anunciadas se sentirán hacia fines de este año y a principios de 2017.
Aunque las perspestivas en el mediano plazo son alentadoras -así lo reflejan, incluso, las encuestas-, el presente es preocupante, con protestas en aumento de los sindicatos.