Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Los choferes de UTA están enojados por un aumento salarial del 21%; los pequeños y medianos empresarios se quejan de que con los actuales costos no pueden seguir adelante con sus negocios y Macri está enojado porque sus ministros no logran los resultados esperados por el Gobierno, señala mi nota en La Voz. Es un país habitado por personas enojadas, pese a que la Argentina –mirada desde el exterior- sigue despertando expectativas favorables.
En pocos meses, Macri recibió las visitas de los jefes de Estado de Francia, Brasil, Chile, Italia (hacía 16 años que no venía un mandatario peninsular) y de Alemania, además de entrevistarse con los líderes de Estados Unidos, Donald Trump (el presidente más influyente del mundo), de China (el segundo más influyente) y de Japón.
Argentina será sede de la conferencia internacional de la OIT y deberá preparar en 2018 la reunión de los 20 países más desarrollados del mundo (G-20).
¿Expectativas globales y desilusión interna? Francia, Brasil, Chile, Italia, Alemania, Estados Unidos, China y Japón son optimistas sobre la Argentina.
Con Macri, se esperaba un mayor crecimiento de la economía, que por ahora es sólo una tibia mejora. La actividad cayó 2,3% en 2016 y es factible que este año la recuperación sea inferior al 3%.
“Argentina salió de la recesión”, se entusiasmó Marcos Peña. Pero ese dato no alcanza a generar una sensación de bienestar ni más empleo formal. El tema del trabajo es una preocupación de todos los gobiernos, ya que la tecnología y la globalización generan otros vínculos y otra forma de trabajar.
El consumo cayó 2% en el primer trimestre; 7% en abril y 4% en mayo, según la consultora Kantar Worldpanel.
No a todos les va igual. Las ventas minoristas crecieron en Córdoba 0,5% en mayo y acumulan 0,44% en cinco meses, según la Federación Comercial. En la provincia influyen las dos últimas buenas cosechas y el plan de obras públicas.
Para los pequeños y medianos comercios, que registraron fuertes aumentos en los impuestos provinciales y municipales, además del costo de la energía eléctrica, ese aumento en las ventas es insuficiente.
Varios locales están al borde del cierre o no están ocupados en las galerías más importantes del centro cordobés. En la Recta Martinoli, se desocupan entre cuatro a cinco locales por mes, según revelaron propietarios.
El Ministerio de Trabajo de la Nación admite que las paritarias ya concluidas muestran aumentos promedio de 21%, justo para cubrir la inflación proyectada para este año. Ese es el indicador con el cual trabajan los locatarios del Mercado Norte, reveló el gerente Fabián Lattanzi.
El problema es que los gastos en el supermercado y el pago de servicios e impuestos se duplicaron en el presupuesto familiar en relación con dos años atrás, lo que redujo el margen para otros consumos.
“El Gobierno de los segundos semestres”, como se identifica a la gestión de Macri, afirma que entre julio y diciembre próximos se notará una mejora por cierre de las paritarias; el impacto de la obra pública y una inflación que estaría en torno del 1% mensual.
Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, afirmó que la inflación interanual (últimos 12 meses) estará en julio en 21%. El Indec midió 24% en mayo.
El valor nominal del dólar no alcanza para entusiasmar a los exportadores y las inversiones –definitivamente- se postergaron hasta conocer el resultado de las elecciones y qué margen de gobernabilidad tendrá Macri en los dos últimos años.
La violencia sindical expuesta en Córdoba y el apego a recetas del pasado –que el Estado subsidie todos los servicios y los sueldos de los sectores más acomodados- son inviables en una economía que registra un déficit en las cuentas públicas que se cubre con deuda y una presión impositiva insoportable para el sector privado. Indiscutible.