Por Juan Turello. Los empresarios y los trabajadores que escucharon a Alberto Fernández en la planta de Nissan Argentina, en Santa Isabel, no podrían objetar las buenas intenciones desplegadas en su discurso, aunque los instrumentos sugeridos ponen en duda sus palabras, señala mi nota en La Voz. ¿Qué puede pasar con la marcha de la economía y la recuperación del salario?
Todos anhelan que la Argentina vuelva a crecer; que el salario le gane a la inflación y que el país exporte más para tener los dólares que aseguren el ritmo de producción que se insinuó en febrero.
La actividad creció 1,8% en febrero sobre enero, según la variación desestacionalizada. En enero, había caído 0,7% sobre diciembre de 2021.
El buen ritmo de marzo entusiasmó al Presidente que no deja de hablar de “crecimiento económico” en las distintas tribunas, aunque en abril habría un menor ritmo.
¿Por qué cambió la tendencia en abril? Por la alta inflación, que impacta en el poder de compra (consumo), y por la menor cosecha de granos gruesos, según un informe de JP Morgan.
Si bien el valor bruto de la producción agrícola puede ser récord por el aumento del valor internacional de los granos, la sequía de diciembre y de enero afectó el volumen, por ende, la cosecha y el derrame sobre las actividades secundarias serían menores.
El Presidente decidió ir a Córdoba por segunda vez en sus casi 30 meses de mandato para la puesta en marcha del segundo turno de producción en Nissan y la incorporación de 550 operarios (la mayoría de entre 20 y 30 años).
Al igual que sus pares de las terminales instaladas en el país, el titular de Nissan, Gonzalo Ibarzabal, fue prudente con sus palabras.
En el acto, no mencionó los problemas de producción por la falta de dólares para la compra de insumos y de repuestos internacionales. Luego, al dialogar con periodistas, mostró su optimismo de que las dificultades se solucionarán.
En las sillas destinadas a los autopartistas que integran el 35% de la nueva pick up, la preocupación por la falta de dólares era moneda común en sus comentarios.
“Algunos insumos tenemos que traerlos al valor del dólar blue, porque ya agotamos el cupo que nos autorizaron; las terminales están elevando los ritmos de producción y nos exigen una mayor entrega”, reveló uno de los fabricantes.
bes otro problema que afecta a autopartistas y a las terminales. “Por la pandemia, cambiaron las condiciones de la logística internacional y los costos aumentaron”, se sinceró el directivo de una automotriz.
Pese al récord de las exportaciones, la recaudación del Banco Central sigue siendo magra por las ventas de dólares financieros y de otros pagos de la Argentina.
La ofensiva del kirchnerismo duro contra Martín Guzmán no cesa y algunos albertistas imaginan que luego del 30 de junio, con el cierre del acuerdo con el Club de París, el ministro dejará vacante el sillón de Economía. Por ahora, el Presidente lo sostiene en el cargo.
Fernández reclama a los empresarios que el salario le gane a la inflación, sin que haya un plan concreto ni un ancla a las expectativas, que ya ubican a los precios con una suba de 65% en el año.
¿Alguien piensa que los aumentos del 50% que piden los choferes de UTA; del 60% de los bancarios y el otorgado a los vigiladores privados (87%), entre otros, no se trasladarán a costos y al valor de los bienes?
La rentabilidad de los locales cayó 7,5% en abril, informó la Cámara de Comercio de Córdoba. Cuando un negocio no tiene rentabilidad, cierra.
Las buenas intenciones de Alberto Fernández chocan con la mala calidad de los instrumentos que usa el Gobierno para controlar la inflación, que origina un descalabro en todas las actividades.
Es un concepto básico de la economía.