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Por Héctor Cometto (Periodista deportivo, comentarista en los ciclos informativos de Teleocho Córdoba). “Dios quiera que no, pero Talleres va a desaparecer. No le mintamos más a la gente. Talleres no tiene un jugador que sea del club y si no se gastó plata para tratar de salir del pozo ahora, ¿quién va a venir después de esto?
Aunque parezca…
un relato de estos días, estas frases fueron lanzadas por «el ídolo» de Talleres, Daniel Willington, el 13 de junio de 2009, previo al descenso al Argentino A. Y había más: «¿Qué jugadores de categoría van a traer? En todo caso, puede pasarle como a otros clubes grandes, que después de un tiempo de gloria, simplemente pelean por seguir siendo una institución”.
¿Quién va a venir después de esto?, se preguntaba. Y vinieron varios que nunca se fueron, muchos de ellos denominados “los Notables”, con esa búsqueda de síntesis del periodismo para resumir en pocas palabras y crear un título, generando un enorme peso para los protagonistas.
¿Cómo responder a una denominación de «los Notables»? Varios de ellos, dueños de buena fortuna, muy fanáticos, pusieron y ponen mucho dinero para Talleres. Desde Amadeo Nucetelli o antes, para acá. Muchas veces sin cuestionar, aunque debieran, como en la etapa pre-descenso al Nacional B. Y otras, como testimonio de vida, ayudando por ejemplo a la familia de Amadeo con un sueldo mensual.
Para esta última etapa, hubo una inversión de 8 millones de pesos. Alguna vez un dirigente me decía: “Así como algunos timbean, o la gastan en mujeres o vicios, el fútbol también te lleva mucho. Pero te brinda momentos inigualables”. Son billeteras fuertes puestas para el club intentando torcer un destino oscuro. Alguna vez en Boca fue Antonio Alegre; en Colón José Vignatti y hay muchos casos más.
Ahora que se sabe que Talleres no va a desaparecer , que reempadrona socios, controla la deuda y encuentra una luz al final del túnel. Surge la pregunta sobre qué hubiera pasado si el juez Carlos Tale les hubiera dado la concesión, en lugar de abrirles camino a Granero o Ahumada.
Era difícil que desapareciera un club que pone 20 mil personas en el Argentino A. Y nos llenamos la boca reflejando ese sustento inigualable. Pero vale remarcar también a «los locos de la billetera», que siempre aparecen en el fútbol. Desde toda la que puso Armando Pérez en Belgrano, hasta Antonio Ruiz, el presidente de Racing, quien puso su auto como premio por haberle ganado a Talleres.
Como el fútbol es política con arcos, los resultados finales determinarán todo, en especial cuando se trata de salir del infierno del Argentino A. Pero salir de donde estaba, para la T es todo un logro. Y hay varios que pusieron el hombro. Y el bolsillo.