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Por Juan Turello. El gobernador Juan Schiaretti habló unos 50 minutos en la Legislatura, dirigiéndose al pueblo (electorado) de Córdoba con anuncios que semejaron más un plan de gobierno para el futuro (en caso de ser reelegido el 12 de mayo) que una rendición de cuentas.Destacó como logros, entre otros, la finalización de los gasoductos troncales, que demandó 870 millones de dólares; el próximo cierre de la avenida de Circunvalación de la ciudad de Córdoba (después de 60 años); la construcción de rutas y el desarrollo de más de 5.100 kilómetros de fibra óptica, que mejorarán la conectividad.
La oposición, en especial el radicalismo (Mario Negri y Diego Mestre), le cuestionó la falta de autocrítica sobre las carencias en el servicio y el costo de la tarifa de Epec, los problemas en la infraestructura hospitalaria y el crecimiento de la marginalidad. Repasemos los desafíos que señala mi nota en La Voz.
La palabra futuro apareció muchas veces en el discurso de Schiaretti, que cerró con un enfático “haciendo futuro en Córdoba”, palabras que teñirán la campaña de quien buscará el tercer ciclo no consecutivo al frente de la segunda provincia del país.
La promesa más impactante es la de construir 25 mil viviendas en cuatro años.
“Las futuras viviendas se distribuirán entre los sectores vulnerables, los organizados socialmente y los de clase media. En todos los casos, habrá aportes de los interesados”, confió un vocero oficial. Para su ejecución, la Provincia ya adquirió 17.005 lotes, que se usarán para ese plan o bien a través del programa LoTengo, precisó otro funcionario.
¿De dónde saldrán los recursos para financiar un desafío equiparable a los gasoductos y a la Circunvalación? No hubo precisiones, aunque los funcionarios señalaron que este mes se conocerán todos los detalles. Los sectores medios son los más demandantes de esta solución, luego de la inconclusa experiencia del Hogar Clase Media.
Sin dudas hay complicaciones para el financiamiento externo, aunque Córdoba tiene buena reputación en los mercados internacionales. Los analistas prevén un 2020 muy difícil para la Argentina y hay temor a un nuevo default de la deuda. De allí el riesgo país en torno de los 700 puntos porcentuales.
“Los argentinos están enamorados del dólar barato”, suele repetir un economista cordobés. Y enumera: la estabilidad del dólar modera las expectativas de inflación (aunque no sean causa y efecto) y permite viajar y comprar los últimos lanzamientos tecnológicos.
Pero, más allá de la preferencia de la sociedad, un dólar estable evita un salto brusco en la deuda provincial –una de las alertas de la oposición a la gestión de Schiaretti–, aunque configura una amenaza para sus dos principales producciones: la del campo y la de la industria. Según la Unión Industrial Argentina (UIA), sobre 12 sectores, “sólo el del acero está en recuperación; los demás están en franca caída”.
Córdoba espera cosechar entre 12 millones y 14 millones de toneladas de soja y entre 16 millones y 17 millones de maíz. La cosecha de trigo alcanzó a 3,3 millones, según cálculos del economista Gonzalo Agusto, de la Bolsa de Cereales. Una buena cosecha movilizará la economía provincial.
No obstante, la especialista Silvina Fiant advierte que el clima puede jugar en contra. El exceso de lluvias ya inundó 40 mil hectáreas de la zona más productiva de la provincia, con pérdidas estimadas en más de 40 millones de dólares. Unión es el departamento más castigado.
En una combinación de precios favorables y mayor demanda, los industriales y el campo cordobés tienen sus ojos puestos en Brasil, que podría crecer 3%.
Más allá del eslogan electoral, los gasoductos, la conectividad y las rutas ayudarán a Córdoba, sin dudas, pero la gestión provincial tendrá sus propios desafíos frente a una economía en crisis, con caída en el consumo (por ende, en la recaudación), y debido a políticas (como tasas y dólar) cuya decisión le es ajena.