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Por Juan Turello. El duro ajuste de Javier Milei incluye a muy pocos ganadores, aunque en las últimas horas senadores nacionales y gobernadores vieron una luz verde a sus pretensiones.
Los miembros de la Cámara Alta llevaron adelante una actualización en sus dietas -en torno de los siete millones de pesos, con dos aguinaldos- que resulta incomprensible para millones de argentinos, que viven con salarios insignificantes, señala mi nota en La Voz.
Párrafo aparte para la dialéctica del kirchnerismo, tan afecto a hablar de justicia social y de la recuperación del salario, que ahora descalifica a quienes critican la descomunal suba en las dietas.
Es tan incomprensible ese discurso, como el que sus voceros propalan para calificar como un fracaso que el ministro Luis Caputo no haya obtenido nuevas partidas del Fondo Monetario Internacional (FMI), para levantar el cepo cambiario.
El kirchnerismo llegó a realizar marchas con la consigna ¡fuera FMI!, y ahora pone en duda la capacidad del Gobierno para obtener nuevos créditos.
La falta de liderazgos en el peronismo y los “hoy te digo una cosa, mañana otra” de sus dirigentes terminan por fortalecer la imagen del Presidente.
Las imposturas de la oposición no exime a la gestión de Milei de las numerosas idas y vueltas en las decisiones oficiales.
Caputo rechazó la propuesta del Bloque Coalición Federal de usar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES para abonar la deuda con las provincias que no transfirieron las cajas de jubilación y para pagar los 80 mil juicios con sentencia a favor de los jubilados nacionales.
A ese reclamo, las provincias suman los de los recursos del fondo docente (FONID) y de los subsidios al transporte.
Para Córdoba, la deuda por la Caja de Jubilaciones, el FONID y los subsidios al transporte origina un desfase importante en las cuentas provinciales.
Pero, llega un alivio. El secretario de Hacienda de la Nación, Carlos Guberman, reconoció que el 60% de la recaudación por la nueva ley impositiva irá al interior.
Esta es una buena razón para el cambio de posición de los gobernadores: 15 de los 24 mandatarios (los peronistas mantienen su rechazo a todo lo que genera Milei) respaldan los cambios impositivos y en la “ley bases 2”.
Más de 1,3 millones de trabajadores volverán a pagar Ganancias. Para los monotributistas, habrá un aumento en la facturación y también en los aportes.
La moratoria y el blanqueo permitirán regularizar la situación de miles de empresas, que tendrán un alivio en el cuadro financiero.
Sin embargo, ambas medidas son un castigo para los empresarios que cumplieron con el pago de sus obligaciones y no realizaron operaciones “en negro”. La rueda volverá a andar, justifican en el Gobierno.
Los gobernadores se llevaron del ministro del Interior, Guillermo Francos, la promesa de que la obra pública volverá en el segundo semestre, para los proyectos que ya están bajo ejecución.
Llaryora mantiene su estrategia de anunciar obras para escuelas, para el mejoramiento de las ciudades y de caminos y rutas.
La teoría keynesiana enseña que con la obra pública el impacto de la recesión y de la pérdida del empleo son menores. El trabajo se desmoronó, principalmente, en las casas particulares y en la construcción, así como en otros servicios.
Los puestos de trabajo no registrado llegaron a 5.776.000 en el cuarto trimestre de 2023, según datos del INDEC.
Esa cifra representa el 43,5% del total de asalariados (incluye empleos privados y públicos, monotributistas y autónomos), pero supone casi la misma cifra de trabajadores formales del sector privado (5.486.000), a octubre de 2023.
Otra vez: suena incomprensible que la CGT y los grandes gremios defienden sólo a los que están en el “corralito”, mientras el número de “empleados en negro” sigue en aumento.
Senadores y gobernadores son ganadores parciales de la actual coyuntura, aunque la mayoría sigue esperando cambios más profundos.