Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. No hay datos buenos sobre la marcha de la economía, pero sí hay indicios alentadores. El problema radica en la disputa que existe en el seno del Gobierno que encabeza Alberto Fernández sobre el rol que debe asumir el Estado y su injerencia en el ámbito privado. Repasemos los datos en mi nota en La Voz sobre la caída de la actividad, el impacto de la reunión CGT-AEA, los gestos de Juan Schiaretti y las idas y vueltas en el sobre temas económicos.
La actividad cayó 20,6% en mayo en comparación con igual mes de 2019, según datos oficiales. Salvo pesca, de poco volumen en la producción nacional, todos los sectores retrocedieron. Con respecto a abril, la actividad se recuperó 10%, pero la parálisis había sido casi total ese mes.
¿Cómo ven la economía consumidores y empresarios hacia adelante? El índice de confianza del consumidor de la Universidad Di Tella marcó en julio una caída de 3,3%. El pesimismo es más fuerte en el conurbano bonaerense -golpeado por el parate productivo y el brote de coronavirus- y en la Ciudad de Buenos Aires, que en el interior.
El 63% de los ejecutivos de las principales empresas de servicios -nucleados en IDEA- prevén un mayor retroceso este semestre. El desempleo sería mayor si el Gobierno no hubiera prorrogado la doble indemnización hasta el 30 de septiembre.
¿Por qué entonces se perdieron 274 mil empleos formales entre abril y mayo si es casi imposible despedir por los costos? Por el cierre de empresas y porque miles de trabajadores acuerdan un retiro voluntario o aceptan “renunciar”, cobrar una compensación y evitar, así, un largo juicio en tribunales.
Pese a este panorama, hay indicios positivos. Una inédita videoconferencia reunió a los principales gremios de la CGT, de la actividad privada, con los líderes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que nuclea a los sectores productivos de mayor gravitación, con el objetivo de trazar un plan para la pospandemia.
No hubo delegados del Gobierno en el cónclave CGT-AEA, que defendió la actividad privada y la generación de empleo, y pidió una rebaja de impuestos.
Gestos en esa dirección dio en Córdoba Juan Schiaretti. El gobernador participó de la inauguración de la red de gas para Arcor (en la videoconferencia estuvo Luis Pagani, uno de los líderes empresarios de la Argentina) y para Porta Hnos. Asimismo, dialogó con el Consejo Agroindustrial Argentino, que tiene un plan para el período 2020-30. Las exportaciones del sector alcanzan a 65 mil millones de dólares.
Además, lanzó mil becas del programa Clip para alentar el empleo en el sector del software, que en 2019 creció 20% en facturación y en exportaciones.
Habilitamos el #gasnatural en la planta de @arcor. Una obra fundamental que también ampliará la capacidad en #Costasacate, #VillaDelRosario, #Tránsito, #Arroyito, #CapillaDelCarmen y #Rincón. pic.twitter.com/HmnDDiWVcK
— Juan Schiaretti (@JSchiaretti) July 16, 2020
Todas estas señales abonan un camino distinto al que pretenden figuras ligadas al kirchnerismo. Claudio Lozano -ex dirigente de ATE y actual director del Banco Nación- insiste en expropiar al Grupo Vicentin y Fernando Gray, intendente del partido bonaerense de Esteban Echevarría, lidera el reclamo para estatizar Edesur. ¿Por quién hablan?
Las señales no son claras en el seno del equipo presidencial, incluso son diferentes a las que provienen del que rodea a Cristina Kirchner.
En un caso, buscan fondos para un Estado exhausto y que no puede aumentar más los impuestos; en el otro, los partidos del conurbano le deben 3.000 millones de pesos a Edesur por energía consumida. Al estatizarla, dos de cada tres argentinos que no residen en Buenos Aires, aportarán para licuar esa deuda.
En campaña, Alberto Fernández visitó industrias en todo el país. Prometía sostener la actividad privada, el empleo y alentar las exportaciones. Lo reiteró ayer y prometió 60 medidas en breve. Se justificó en la herencia del macrismo.
Las idas y vueltas en la renegociación de la deuda no permiten contar aún con la piedra basal para la recuperación. Sucede a tres meses del primer “tómalo o déjalo” lanzado por el Gobierno.
El cuadro social insostenible en los núcleos más vulnerables y la caída de la economía demandan respuestas claras y permanentes al Gobierno.
El presidente está obligado a elegir un camino y sostener ese rumbo.