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… pueden ser muy buenas (si la decisión final es pagar con quita) o muy malas (si la decisión final es la obligación de pagar el ciento por ciento de la deuda original).
La gran emisión monetaria para financiar el déficit fiscal ha generado preocupación. Y varios conflictos políticos agregan incertidumbre.
Es por eso que resulta tan frecuente la mencionada pregunta, con la implícita sospecha de que esto termina mal.
Separaría el análisis en dos planos. En el plano de la lógica con que el Gobierno nacional toma decisiones de política económica, creo que todo va a seguir igual hasta 2015: cuestiones ideológicas interfiriendo en las decisiones, múltiples miradas en lugar de una mirada integral sobre la economía, lógica de la fuerza más que lógica de los incentivos, fuerte intervencionismo y alta influencia de funcionarios con poca experiencia de gestión.
En el plano de la estrategia de política macroeconómica, esquivar la reducción de subsidios, continuar incrementando el déficit fiscal, agregar gasto público electoral y financiar todo el déficit con emisión monetaria puede permitir llegar a la elección legislativa del año próximo con los números “cuadrando” (sin explosión inflacionaria, sin explosión cambiaria, sin violar los límites de préstamos del Banco Central al Tesoro), aunque acumulando distorsiones y riesgos. Pero a este ritmo, eso se termina hacia fines de 2013.
Ese será el momento de (a): reformar nuevamente la Carta Orgánica del BCRA para seguir con la emisión monetaria; (b): reducir subsidios; y/o (c): buscar alguna caja que arrime unos 8.000 millones de dólares. El riesgo de serios problemas macroeconómicos será en ese contexto mucho más alto que en la actualidad.