Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Rosa Bertino. Qué horror, ya estamos promediando el año. En cualquier momento es Navidad. Susana Giménezya definió su regreso a la pantalla (cada vez más tardío), y Roberto Pettinato volvió para hacer más de sí mismo al frente de CQC.
Mientras, Mirtha Legrand hojea proyectos y disfruta de un merecido descanso. Dicen que todavía no logró ubicar bien al nieto, Ignacito Viale, y que eso la mantiene alerta. Es increíble cómo dura la gente en este país y en ese medio. Y en política, of course, donde uno rogaría por ver una cara nueva de vez en cuando. Una idea nueva, sería demasiado pedir.
Lo cierto es que pronto llegaremos al mes seis, sin noticias ciertas de Showmatch. Tras 15 largos años largos de cohabitación televisiva, la forzada abstinencia nos demuestra que hay vida después de Marcelo Tinelli.
A él no le debe hacer ninguna gracia, porque tiene un ego tan grande como su chacra en José Ignacio. Pero, ¿a quién le importa realmente los espectadores? La tele se ha vuelto como la política, o viceversa: la gente mira y vota lo que tiene para mirar y votar.
La TV no puede vivir sin Tinelli; la gente sí
Los espectadores pueden vivir perfectamente sin Tinelli. La que no puede vivir sin él, es la televisión. Eso sí que se nota.
La programación vespertina no consigue generar los chimentos que le surtía Bailando por un sueño. La grilla siestera aburre, y se aburre. Los ciclos que empiezan con I (Intrusos, Infama, Implacables) siguen revolviendo entre los residuos de viejos y marchitos escándalos, tipo Carmen Barbieri y Santiago Bal, o Moria Casán, Nazarena Vélez y/o Florencia de la V contra el resto del mundo. El tema Fariña–Jelinek se desinfló rápidamente, y hasta el presidente José Mujica hablando del Uruguay paralelo es más picante que una seudo vedette mostrando implante de glúteos.
Dale la tarde, el desprendimiento de la propia Ideas del Sur que conduce Mariano Iúdica, se pregunta cuándo vuelve Tinelli. Más que un vacío artístico, deja traslucir la desesperación laboral por la ausencia del conductor y empresario. Con total candidez la modelo y animadora Denise Dumas dijó:
“Yo ya conseguí ubicarme en otro lado… pero, ¿el resto?. Tengo cuatro chicos que mantener y entiendo bien lo que deben sentir los que no saben qué va a pasar si Marcelo decide tomarse un año sabático”
Como están las cosas, todo indicaría que él no se lo va tomar: se lo van a hacer tomar.
Showmatch es una de las medianas empresas más prósperas de Argentina. El “cierre” se haría sentir, y mucho, en un gremio con posibilidades muy acotadas.
Desde ese punto de vista, mejor que vuelva. Además, convengamos que, con o sin Tinelli, la televisión central igual te abruma y perfora los oídos.